El Viso Digital se hace eco en su Buzón del Lector de una carta abierta remitida por Guillermo Jiménez reflexionando acerca de la gestión política de los concejales de Izquierda Unida El Viso. Si desea participar en esta sección, puede enviar un correo electrónico exponiendo su queja, comentario, sugerencia o relato. Si quiere, puede acompañar su mensaje de alguna fotografía.
Los ayuntamientos representan el lugar en el que la democracia más estrechamente convive con la ciudadanía, y más directamente atiende su legítima demanda de participación. Los ayuntamientos son, en consecuencia, pilares básicos que sustentan todo el edificio del sistema democrático. Allá donde la calidad de la democracia de los ayuntamientos se degrada, todo el sistema se resiente.
La calidad democrática, a pesar de su popularidad, no goza de un consenso elemental respecto a su definición. Cuando se analizan sus dos componentes –calidad y democracia-, se observa que cada partido en función de sus circunstancias, gobierno u oposición, la mide con factores muy dispares. La calidad de una Democracia no solo implica procedimientos para elegir y controlar el poder político, sino también objetivos y resultados, tales como transparencia, participación y empoderamiento ciudadano, desarrollo económico, justicia social, equidad,...
Conceptos de calidad democrática, transparencia, regeneración y participación forman el eje transversal del discurso disruptivo de la izquierda alternativa (Izquierda Unida, Podemos) a conservadores (PP y Ciudadanos) y socialdemócratas (PSOE), y aparecen en sus diagnósticos políticos como elementos indispensables para conseguir detener la desafección de los ciudadanos hacía la política, hacía lo público. Otra vez más el gobierno local de IU deja ver su incoherencia entre el discurso de su organización, que le da razón de ser y la práctica cuando está al frente del gobierno. Comienza a ser grave que los hechos estén con tanta frecuencia en contradicción con lo exigido para otros ámbitos de gobierno , provincial, autonómico y central, por Izquierda Unida.
La perspectiva del tiempo, 3 años, corrobora que este gobierno municipal nació con déficit de transparencia y democracia, no por su carácter anti-natura, sino por la opacidad de su gestación e interés particular de sus muñidores y beneficiarios; a menos de 1 año de las próximas elecciones aún no se ha hecho público el acuerdo firmado por PP e Izquierda Unida para formar gobierno en 2015, ni se ha hecho mención pública alguna de las reuniones de seguimiento del pacto a lo largo de la legislatura y “haberlas haylas “.
La senda estaba marcada, el primer acuerdo del gobierno para reparto de delegaciones y retribuciones de liberados, dejó a la oposición sin capacidad para hacer “política diaria” de fiscalización al gobierno en la propia institución. Obviando la perenne reclamación durante 24 años de Izquierda Unida (1991-2015) de que el Ayuntamiento posibilitara la acción política de todos los grupos municipales mediante la financiación de liberados, concejales o no. Demanda que fue atendida en legislaturas anteriores y que posibilitó foguearse a sus dos últimas candidatas, tanto en el conocimiento de la institución como en su proyección pública.
La falta de respeto institucional y voluntad de hacer participes en la gobernanza al resto de concejales queda plasmada en la caótica convocatoria de sesiones plenarias y de menor rango, unas veces por la falta de previsión y obligados por cumplimentar trámites legales y otras por una tergiversación sesgada e interesada apelación a la conciliación familiar, los órganos del ayuntamiento son convocados con plazos y horarios que no hacen posible, no ya la participación , ni siquiera la mas mínima recopilación de información, estudio, reflexión y puesta en común, de concejales de la oposición.
Quienes siguen la actividad municipal y no tienen una visión de “hooligans” son conocedores de la insolencia que ha caracterizado las relaciones de Izquierda Unida en el gobierno con la oposición y el resto de ciudadanos.
Olvidaron el concepto de “Estado aconfesional”, la defensa del laicismo entendido como la diferenciación de lo civil con el máximo respeto al ambito privado de cada persona, han modificado nombres de calles y espacios públicos, han dado soporte e infraestructura, participan representando la institución en actos, exaltaciones y procesiones religiosas, otorgando carácter institucional y obviando la propia constitución española. Me viene a la memoria la respuesta de Julio Anguita, entonces alcalde de Córdoba, al Obispo de Córdoba con motivo de asuntos relacionados con la Mezquita; "….. No se olvide usted, señor Obispo, que yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo".
Olvidaron su responsabilidad y compromiso de involucrar a la ciudadanía en la gestión municipal. Anunciaron, publicaron y fijaron fechas para dotar al ayuntamiento de un reglamento que regulara la participación ciudadana del que nunca se supo más. Con ocurrencias y falacias lo tratan de sustituir, primero disponiendo la web de izquierda unida para canalizar la voz del pueblo en el Pleno, más tarde con “presupuestos participativos” abriendo una convocatoria de aportaciones ciudadanas de la que nunca se conocieron el número, relevancia e importes de las propuestas, Más tarde con una plataforma online para responder a preguntas y lo último una encuesta para evaluar la situación y preocupación en materia de vivienda. Acciones más encaminadas a “lavar imagen” que a desarrollar políticas nuevas. Mientras tanto, las redes sociales arden en pro de respuestas a sus necesidades diarias; limpieza, basuras, espacios públicos, bolsa de empleo, ect.
Olvidaron su vocación por la transparencia en la gestión, por abandonar el mantenimiento y actualización del Portal de la Transparencia, al menos con lo mínimo que la legislación obliga. Destaca la gestión presupuestaria, piedra angular de todo proyecto político transparente y de calidad democrática. En estos momentos, centro de debate local por su repercusión en empleados públicos (RPT y Plantilla Municipal), superávit y deuda. El gobierno municipal hasta la fecha (agosto 2018) ha sido incapaz de presentar el proyecto de presupuestos para 2018, aludiendo a factores tan diversos como peregrinos; carga de trabajo de la plantilla, condicionantes legales no contemplados, errores y omisiones administrativas, la regla del gasto, y la más habitual, cuando incumplen sus propios plazos, “la herencia” recibida del PSOE, tan repetida como manida, !tres años después!
Olvidaron que justificaron su pacto en pro de una regeneración democrática de la gestión municipal, de nuevas formas de relacionarse con los ciudadanos, de una permanente explicación de sus actos, de una gestión eficaz y eficiente, de una nueva relación con los empleados públicos, ect.
Puesta en común esta reflexión con destacados dirigentes históricos de Izquierda Unida, me confirman que también olvidaron que deben hacer honor y respetar la historia y compromiso de una organización política que durante años ha sido vanguardia en El Viso del Alcor.
Entre sorna y bromas me confirman que el único punto que han cumplido del proyecto que el pacto diseño es que alguien por fin pudo ser abuelo.
Los ayuntamientos representan el lugar en el que la democracia más estrechamente convive con la ciudadanía, y más directamente atiende su legítima demanda de participación. Los ayuntamientos son, en consecuencia, pilares básicos que sustentan todo el edificio del sistema democrático. Allá donde la calidad de la democracia de los ayuntamientos se degrada, todo el sistema se resiente.
La calidad democrática, a pesar de su popularidad, no goza de un consenso elemental respecto a su definición. Cuando se analizan sus dos componentes –calidad y democracia-, se observa que cada partido en función de sus circunstancias, gobierno u oposición, la mide con factores muy dispares. La calidad de una Democracia no solo implica procedimientos para elegir y controlar el poder político, sino también objetivos y resultados, tales como transparencia, participación y empoderamiento ciudadano, desarrollo económico, justicia social, equidad,...
Conceptos de calidad democrática, transparencia, regeneración y participación forman el eje transversal del discurso disruptivo de la izquierda alternativa (Izquierda Unida, Podemos) a conservadores (PP y Ciudadanos) y socialdemócratas (PSOE), y aparecen en sus diagnósticos políticos como elementos indispensables para conseguir detener la desafección de los ciudadanos hacía la política, hacía lo público. Otra vez más el gobierno local de IU deja ver su incoherencia entre el discurso de su organización, que le da razón de ser y la práctica cuando está al frente del gobierno. Comienza a ser grave que los hechos estén con tanta frecuencia en contradicción con lo exigido para otros ámbitos de gobierno , provincial, autonómico y central, por Izquierda Unida.
La perspectiva del tiempo, 3 años, corrobora que este gobierno municipal nació con déficit de transparencia y democracia, no por su carácter anti-natura, sino por la opacidad de su gestación e interés particular de sus muñidores y beneficiarios; a menos de 1 año de las próximas elecciones aún no se ha hecho público el acuerdo firmado por PP e Izquierda Unida para formar gobierno en 2015, ni se ha hecho mención pública alguna de las reuniones de seguimiento del pacto a lo largo de la legislatura y “haberlas haylas “.
La senda estaba marcada, el primer acuerdo del gobierno para reparto de delegaciones y retribuciones de liberados, dejó a la oposición sin capacidad para hacer “política diaria” de fiscalización al gobierno en la propia institución. Obviando la perenne reclamación durante 24 años de Izquierda Unida (1991-2015) de que el Ayuntamiento posibilitara la acción política de todos los grupos municipales mediante la financiación de liberados, concejales o no. Demanda que fue atendida en legislaturas anteriores y que posibilitó foguearse a sus dos últimas candidatas, tanto en el conocimiento de la institución como en su proyección pública.
La falta de respeto institucional y voluntad de hacer participes en la gobernanza al resto de concejales queda plasmada en la caótica convocatoria de sesiones plenarias y de menor rango, unas veces por la falta de previsión y obligados por cumplimentar trámites legales y otras por una tergiversación sesgada e interesada apelación a la conciliación familiar, los órganos del ayuntamiento son convocados con plazos y horarios que no hacen posible, no ya la participación , ni siquiera la mas mínima recopilación de información, estudio, reflexión y puesta en común, de concejales de la oposición.
Quienes siguen la actividad municipal y no tienen una visión de “hooligans” son conocedores de la insolencia que ha caracterizado las relaciones de Izquierda Unida en el gobierno con la oposición y el resto de ciudadanos.
Olvidaron el concepto de “Estado aconfesional”, la defensa del laicismo entendido como la diferenciación de lo civil con el máximo respeto al ambito privado de cada persona, han modificado nombres de calles y espacios públicos, han dado soporte e infraestructura, participan representando la institución en actos, exaltaciones y procesiones religiosas, otorgando carácter institucional y obviando la propia constitución española. Me viene a la memoria la respuesta de Julio Anguita, entonces alcalde de Córdoba, al Obispo de Córdoba con motivo de asuntos relacionados con la Mezquita; "….. No se olvide usted, señor Obispo, que yo soy su alcalde, pero usted no es mi obispo".
Olvidaron su responsabilidad y compromiso de involucrar a la ciudadanía en la gestión municipal. Anunciaron, publicaron y fijaron fechas para dotar al ayuntamiento de un reglamento que regulara la participación ciudadana del que nunca se supo más. Con ocurrencias y falacias lo tratan de sustituir, primero disponiendo la web de izquierda unida para canalizar la voz del pueblo en el Pleno, más tarde con “presupuestos participativos” abriendo una convocatoria de aportaciones ciudadanas de la que nunca se conocieron el número, relevancia e importes de las propuestas, Más tarde con una plataforma online para responder a preguntas y lo último una encuesta para evaluar la situación y preocupación en materia de vivienda. Acciones más encaminadas a “lavar imagen” que a desarrollar políticas nuevas. Mientras tanto, las redes sociales arden en pro de respuestas a sus necesidades diarias; limpieza, basuras, espacios públicos, bolsa de empleo, ect.
Olvidaron su vocación por la transparencia en la gestión, por abandonar el mantenimiento y actualización del Portal de la Transparencia, al menos con lo mínimo que la legislación obliga. Destaca la gestión presupuestaria, piedra angular de todo proyecto político transparente y de calidad democrática. En estos momentos, centro de debate local por su repercusión en empleados públicos (RPT y Plantilla Municipal), superávit y deuda. El gobierno municipal hasta la fecha (agosto 2018) ha sido incapaz de presentar el proyecto de presupuestos para 2018, aludiendo a factores tan diversos como peregrinos; carga de trabajo de la plantilla, condicionantes legales no contemplados, errores y omisiones administrativas, la regla del gasto, y la más habitual, cuando incumplen sus propios plazos, “la herencia” recibida del PSOE, tan repetida como manida, !tres años después!
Olvidaron que justificaron su pacto en pro de una regeneración democrática de la gestión municipal, de nuevas formas de relacionarse con los ciudadanos, de una permanente explicación de sus actos, de una gestión eficaz y eficiente, de una nueva relación con los empleados públicos, ect.
Puesta en común esta reflexión con destacados dirigentes históricos de Izquierda Unida, me confirman que también olvidaron que deben hacer honor y respetar la historia y compromiso de una organización política que durante años ha sido vanguardia en El Viso del Alcor.
Entre sorna y bromas me confirman que el único punto que han cumplido del proyecto que el pacto diseño es que alguien por fin pudo ser abuelo.
GUILLERMO JIMÉNEZ
FOTOGRAFÍA: IU EL VISO
FOTOGRAFÍA: IU EL VISO
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