San Pedro allá por sus años
Sentado en su gran sillón
Con sus manojos de llaves
empezó a coger el son.
(Pepe Cortés)
Así empezaba el poema dedicado al flamenco de mi MAESTRO de la vida, refiriéndose a sus orígenes. Es un terreno estudiado por tantos entendidos en la materia, que nada me atrevería a discutir, pero desde la visión más sentimental, suena tan bonito que su origen sea en lo más alto y en lo más sagrado, que con el me quedo.
Quiero desde el máximo respeto a este ARTE, a esta filosofía de vida, a esta seña de identidad y desde este rincón privilegiado, dedicar hoy mis palabras claras y sin confusión al arte de las artes: EL FLAMENCO.
Sentimientos expresados a través del cante, del baile, de la guitarra....
En un mundo acelerado y muchas veces vacío de esos sentimientos, que haya flamencos, aficionados, profesionales, enamorados que sigan expresando y compartiendo a través de él, es digno de admirar.
Apoyo incondicional a quienes de mil formas mantienen la llama de esta pasión, apoyo nada criticable a quienes aportan su granito de arena en su crecimiento y luchando contra todo aquello que amenaza a veces su propia evolución.
Felicitaciones a lo tradicional, a lo profundo, a lo profesional, a lo novedoso, a las fusiones, a la afición, a los oyentes ocasionales, a los sufridores del arte.
Todos hacen posible que el flamenco siga vivo.
Serían muchas las palabras que podría escribir, pero el flamenco habla por si solo, así que animo a oírlo, escucharlo, sentirlo, disfrutarlo, compartirlo, respetarlo y sobre todo, VIVIRLO.
Al flamenco.
Dicen que yo no te quiero
te digo que no es verdad
Eres sentío de mi vía
Y sin ti no puedo pasar.
Si mi alma yo te doy
De na me puedes culpar
Por ser sincero en la vía
Sentencia no me pueden dar.
Sentado en su gran sillón
Con sus manojos de llaves
empezó a coger el son.
(Pepe Cortés)
Así empezaba el poema dedicado al flamenco de mi MAESTRO de la vida, refiriéndose a sus orígenes. Es un terreno estudiado por tantos entendidos en la materia, que nada me atrevería a discutir, pero desde la visión más sentimental, suena tan bonito que su origen sea en lo más alto y en lo más sagrado, que con el me quedo.
Quiero desde el máximo respeto a este ARTE, a esta filosofía de vida, a esta seña de identidad y desde este rincón privilegiado, dedicar hoy mis palabras claras y sin confusión al arte de las artes: EL FLAMENCO.
Sentimientos expresados a través del cante, del baile, de la guitarra....
En un mundo acelerado y muchas veces vacío de esos sentimientos, que haya flamencos, aficionados, profesionales, enamorados que sigan expresando y compartiendo a través de él, es digno de admirar.
Apoyo incondicional a quienes de mil formas mantienen la llama de esta pasión, apoyo nada criticable a quienes aportan su granito de arena en su crecimiento y luchando contra todo aquello que amenaza a veces su propia evolución.
Felicitaciones a lo tradicional, a lo profundo, a lo profesional, a lo novedoso, a las fusiones, a la afición, a los oyentes ocasionales, a los sufridores del arte.
Todos hacen posible que el flamenco siga vivo.
Serían muchas las palabras que podría escribir, pero el flamenco habla por si solo, así que animo a oírlo, escucharlo, sentirlo, disfrutarlo, compartirlo, respetarlo y sobre todo, VIVIRLO.
Al flamenco.
Dicen que yo no te quiero
te digo que no es verdad
Eres sentío de mi vía
Y sin ti no puedo pasar.
Si mi alma yo te doy
De na me puedes culpar
Por ser sincero en la vía
Sentencia no me pueden dar.
MARÍA JOSÉ CORTÉS