Ir al contenido principal

José Ángel Campillo | Calle Rosario

Cuando la Hermandad de la capilla celebra solemne septenario en honor de la Virgen bajo la advocación del Rosario, es conveniente recordar, aunque sea de forma somera, el devenir histórico de una de las calles más señeras de nuestro pueblo, la del Rosario.



Lo que hoy es calle, antaño un camino que vino a sustituir al viejo y tortuoso que venía de Carmona, me refiero precisamente a la calle Carmona, Albaicín, Conde del Castellar, plaza Sacristán Guerrero y Real. Es en las Ordenanzas Municipales de 1564 donde encontramos las primeras referencias al “camino nuevo que va de Mairena a Carmona” y que era conocido también como el “camino de los zerros”.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XVIII cuando el camino empieza, poco a poco, a convertirse en calle como consecuencia de que el Conde hace concesión de solares a los vecinos con la condición de construir una vivienda. Este proceso de transformación del urbanismo podemos seguirlo a través de los padrones y encabezamientos (documentos en los que aparecen las calles y los cabezas de familia que vivían en las distintas calles). Así, en el encabezamiento de 1694 no encontramos esta calle, porque como ya se ha dicho es a partir de la segunda mitad de la centuria, concretamente en 1750 cuando la encontramos por primera vez bajo la denominación de “calle de los Serros”, siendo años después, en 1763 cuando la encontramos por primera vez como calle Rosario o del Rosario.

A partir de estos momentos lo que ya es calle se va colmatando, poco a poco, de viviendas muy modestas que tienen la particularidad, salvo excepciones, de tener una fachada estrecha (5-6 metros) que se ven compensadas por su profundidad. Sin embargo, es un crecimiento doble pues en 1861 la encontramos la referencia a la calle Alta del Rosario (desde la calle Horno-Iglesia. Cervantes hacia arriba) y calle Baja del Rosario (desde la calle Maestro Seri hacia abajo).

Esto provocó un vacío, una tierra de nadie que después fue colmatado, con la particularidad de tener aspecto de embudo desde las esquinas de Palma- Maestro Seri hasta la calle Horno. En 1873 desaparece la terminología “alta y baja” y la encontramos únicamente como calle Castelar, en honor del insigne político.

En 1880, posiblemente a partir de la vuelta de los Borbones en la persona de Alfonso XII, período que es conocido como el de “la restauración borbónica”, la volvemos a encontrar como calle del Rosario hasta el año 1931 (en plena Segunda República), fecha en la que fue bautizada como García Hernández, para pasar nuevamente en 1936 a Rosario.

Hay que decir que a la altura de la calle Maestro Seri hubo hasta 1934 un pequeño puente o alcantarilla que servía para atravesar un cauce natural que desde la calle Ronquera se dirigía por Maestro Seri y, por las traseras de la calle Palma y Hondilla llegar hasta el barranco, donde llegó a tener un desnivel, con respecto a la calle, de 8 metros. El cauce de este arroyo persiste, en parte, en las traseras de las calles antes mencionadas, creando un vacío en pleno centro del pueblo. Ha habido distintos intentos de urbanizar la zona, pero hasta la fecha ha sido infructuoso.

Volviendo a la capilla, a la del Rosario, inaugurada en 1920, por lo que el próximo año cumplirá su primer centenario, hemos de decir que en dicho lugar había un almacén o pósito de granos, propiedad de don Ildefonso Jiménez Rico, almacén que dejó en partes iguales entre su numerosa prole.

Don Primitivo Tarancón, con una paciencia infinita fue comprando, poco a poco, cada una de las partes hasta hacerse por completo con la propiedad de la que era conocida como “casa de los pájaros”. De esta manera el almacén de grano se convirtió en templo bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario, advocación de la que era muy devoto don Primitivo Tarancón, de esta manera nos encontramos con dos imágenes bajo la misma advocación: la de la capilla y la de la parroquia.

JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO DE LOS SANTOS
FOTOGRAFÍA: HDAD VERA CRUZ Y ROSARIO