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El colectivo Solano exige una ordenanza para regular el uso de cohetes, petardos y material pirotécnico

El colectivo Solano exige al Ayuntamiento de El Viso del Alcor una ordenanza para regular el uso de cohetes, petardos y material pirotécnico. "Vivimos inmersos en una lamentable cultura del ruido que afecta a la convivencia, en concreto, al derecho al descanso y a la tranquilidad de los demás".



"Debido a una educación que le ha prestado poca atención a este problema, esta cultura se manifiesta en muchísimas contextos de nuestra vida (en el trabajo, en la movilidad a motor, en las fiestas o en el tono de nuestras conversaciones en el bar o en la calle). Existe, además, una exagerada inconsciencia y permisividad, por parte de las autoridades visueñas, sobre las molestias que genera el ruido, sobre todo, en las situaciones en las que es evitable o reducible", explican desde Solano.

Solano explica que el abuso de los cohetes, petardos y otros artificios pirotécnicos son un claro ejemplo de lo anterior, amén de un reflejo más de la indiferencia ecológica de una parte de la población. Quienes hacen uso de ellos campan a sus anchas y, sin importarle las molestias que ocasionan en el prójimo y en otros seres vivos, los lanzan indiscriminadamente, incluso a horas intempestivas, sin limitación alguna. Por otra parte, hay una preocupación creciente en la población por el control del material pirotécnico, ya que su uso incontrolado provoca daños en la salud y en el medio ambiente y perturba la convivencia ciudadana.

"Lo que para unos es una tradición, para otros es un infierno. Si ya de por si es fastidioso para muchas personas sanas escuchar una y otra vez el estallido reiterado del cohete, para personas mayores enfermas que necesitan estar en absoluto reposo es una verdadera tortura. La explosión afecta también a personas con hipersensibilidad sensorial, como es el caso de las personas autistas", declara el colectivo.

Solano incide en que "quienes más lo padecen son los animales (perros, gatos, aves, etc.) al ser su oído mucho más sensible al ruido que el nuestro. El fuerte estruendo les provoca una reacción de pánico y angustia, que se traduce en taquicardia, jadeos, dificultad para respirar, temblores y, a veces, en muerte".

Por último, comunican que hay alternativas a la pirotecnia que no son tan molestas, porque puede ser sustituida por fuegos artificiales silenciosos o por espectáculos de luz láser y sonido moderado que no perjudican a los animales ni a la población humana vulnerable.

J.C. JIMÉNEZ / REDACCIÓN