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Santiago Martín Gallo | Desarrollo Sostenible (I)

El origen del concepto de "desarrollo sostenible" está asociado a la preocupación creciente existente en la comunidad internacional y en los países, en las últimas décadas del siglo XX, al considerar el vínculo existente entre el desarrollo económico y social y sus efectos más o menos inmediatos sobre el medio natural.



El desarrollo sostenible satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. El desarrollo sostenible ha emergido como el principio rector para el desarrollo mundial a largo plazo. Consta de tres pilares y trata de lograr, de manera equilibrada, el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente.

La primera Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992, adoptó como objetivo político el concepto de desarrollo sostenible y dio paso a un conjunto de acuerdos internacionales llamados a afrontar varios problemas ambientales. Numerosos países, entre ellos Cuba, incluyeron dicho objetivo en su Constitución u otros cuerpos legales, y han creado ministerios, agencias o institutos que promueven este propósito, como es el caso de España.

Tanto en Naciones Unidas como en sus agencias especializadas, al igual que en los gobiernos europeos y en otros organismos internacionales, como el caso de la Unión Europea, la agenda ambiental ha ganado un espacio mucho más amplio, de modo que el flujo de recursos financieros y las acciones de divulgación sobre los recursos naturales y el medio ambiente se han multiplicado.

En septiembre de 2015, los jefes de Estado y de Gobierno, incluidos todos los países de la Unión Europea, acordaron reconducir al mundo por el camino del desarrollo sostenible, a través de la adopción de la Agenda 2030. Esta agenda para el desarrollo mundial consta de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, los ODS, que plantean medidas cuantitativas en las dimensiones económica, social y ambiental.

La Agenda 2030 se compromete a alcanzar estos objetivos en once años, hasta 2030, y hacerlo para todos, en todo el mundo, asegurando que "nadie se quede atrás". Los objetivos nos proporcionan un plan de acción en favor de las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas.

La adopción de los ODS hace que en España y algunas ciudades en Andalucía se están planteando interrogantes con respecto a la implementación y localización de dichos objetivos. ¿Cómo ponemos en práctica estos ambiciosos objetivos mundiales? ¿Qué papel desempeñan los ayuntamientos? ¿Cuál es el papel de la sociedad civil, los colectivos, los inmigrantes, el sector del conocimiento y los empresarios en la localización de los ODS? Este es el mayor desafío que España y Andalucía tienen para los próximos años: salvar el mundo y reducir las desigualdades. ¡Manos a la obra!

SANTIAGO MARTÍN GALLO