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Cesáreo de los Santos | Avifauna de los Alcores

Décadas de los 50 y 60 del siglo pasado. Amanece. Un poco antes de que los primeros rayos del Sol inunden las laderas del Calvario y la Tablá, dos chiquillos de la calle La Muela han puesto la red en el “Plaero” donde tienen preparado el "aguaero". En la jarilla un jilguero. De saltones con bragueros o enjaulados de reclamo verdones (verderón), chamarices (verdecillo), jamaces (pardillo) y lúganos.



Las capturas las contarán por docenas por la gran cantidad de pájaros que había por aquel entonces en Los Alcores. Venderán algunos vivos por ser estos pajarillos los mejores cantores; otros los llevarán desplumados a sus casas para hacer pajaritos fritos y así tener un aporte de proteínas de las que estaban "escaecíos" en aquella época.

Otros chavales de El Viso salen también temprano para poner costillas en El Sequero, en las huertas o en la Vía del tren. El tirador (tirachinas) era un arte de caza rudimentaria hecho con una horquilla de una rama en forma de Y griega con dos tiras de cámaras de bicicleta del taller de Quirós y un trozo de cuero donde sujetar la piedra. Como la escopetilla de plomos comprada con mucho esfuerzo en la tienda de los Erportones. Otros métodos de caza eran la jaula percha y los lazos.



Los mayores con escopetas de cartuchos tiraban a las perdices y codornices.



De noche en la Vega con la luz de un carburo y un cencerro capturaban trigueros, cubujales (cogujadas) y terreras.



Cantan los grillos y las chicharras (cigarras) en el trigal. En todo lo alto quieto en el aire moviendo las alas el quicli (cernícalo primilla) acecha cualquier movimiento para lanzarse en picado sobre ellos.



Es primavera en el naranjal. Con sus alegres trinos las mirlas junto al olor a azahar y el verdor de los naranjos hacen que el lugar sea paradisíaco.



En otoño en el olivar estorninos y zorzales en enormes bandos que parecen nubes negras que llegan a ensombrecer el suelo hacen acopio de aceitunas.



Había tantos tordos en lo alto del cable que va a la Huerta Barrio que con el peso cedió el poste y provocó un corte de corriente. De esto hace muchos años y aún hoy los operarios de Endesa conocen ese tendido eléctrico como el de los tordos.



Nos decían cuando chicos que las golondrinas eran de Dios y no se podían matar porque le quitaron las espinas de la corona aliviando el sufrimiento a Jesús el nazareno. Sus elegantes vuelos a ras de suelo no compiten por los mosquitos con sus parecidos aviones y vencejos que lo hacen a distintas alturas.



Por el camino de los barreros las bubillas (abubillas), pendientes de los cagajones que sueltan la reata de borricos para "escurcarlos" en busca de los granos no digeridos. Un pájaro tan bonito y vaya dónde busca la comida.



En los vallados de pitas, aleteaban en busca de mosquitos los "pichilichis" como llamamos en El Viso a todos los pequeños insectívoros: Mosquitero común, zarceros, petirrojos, tarabillas, cerrojillos, herrerillos, papamoscas, pinzones, carriceros o currucas.



Eran muchos los refranes que tenían como referencia algunas de nuestras aves, para muestra: más "picardeaos" que los gorriones del Sequero.



Cae la tarde, los espurgabueyes (garcillas bueyeras) regresan, volando en forma de UVE desde La Vegueta a Los Alcores, dónde tienen sus dormideros. Desparasitados de pulgas y garrapatas los esperan al día siguiente vacas y ovejas.



Nadan en el arroyo una decena de patitos en fila detrás de su madre la pata (ánade real) pendiente de los juncos por si viene algún desaprensivo. Son testigos las polluelas.



Suenan las campanas de la torre del antiguo ayuntamiento dando la hora. Parecen las campaneras las cigüeñas que con sus cigoñitos son testigos de todo lo que acontece en la plazoleta. En la torre de la iglesia en la parte más oscura aguardan a que llegue la noche las lechuzas. También al anochecer varios mochuelos maúllan desde los tapiales de las huertas.



El que tenía un londro, (alondra / calandria) tenía unos cuántos pájaros. Es un gran imitador.



"An ca la agüela" en la mesa del comedor embalsamados un alcaudón y un abejaruco.



También podíamos contar algo sobre ruiseñores, chorlitos, agachadizas, alcaravanes, distintos tipos de águilas, pepitas (lavanderas), cuervos, grajillas, zamayas, avefrías, etc., etc. Pero haría el relato interminable.



Era otro tiempo en que teníamos más contacto con la naturaleza. Conocíamos por su nombre los pájaros y otras aves. Aprendimos en el gran libro de la Naturaleza. Hoy tenemos especies invasoras como la tórtola turca, la cotorra, los bengalíes rojos, o los inseparables que están poniendo en peligro el equilibrio de nuestro ecosistema.



No estaría mal que nos concienciáramos defendiendo las nuestras de “toda la vida” y no comprar mascotas que luego liberan de forma intencionada o accidental que pueden desplazar a algunas de la rica biodiversidad que disfrutamos.

Se nos han ido, esperemos que no sea para siempre, los sisones, las pesadas avutardas, las esquivas grullas, las perrubias (alzacolas) y algunas otras que nos visitan de forma esporádica.



Me ha facilitado mi vecina Laurence, dueña de la huerta La Llave un listado de 59 especies de aves que han avistado un grupo de investigadores franceses e ingleses, que haciendo turismo ornitológico, se han hospedado en su huerta la pasada primavera. Han puesto en valor nuestra variada avifauna. Lástima que queden tan pocos ejemplares de cada una de estas especies.

La avifauna de Los Alcores está herida. No será de muerte, si todos empezamos a valorarla como un patrimonio natural al que hay que defender. Hoy, sobrados de proteínas, hidratos y grasas, y para poder saciar nuestro instinto cazador hay que cambiar las escopetas, redes y costillas por los prismáticos y la cámara fotográfica.

Tampoco estaría mal que nuestro ayuntamiento decidiera editar una guía elemental de nuestra avifauna como ya lo hizo en 1992 con la flora en La Guía Botánica del Parque de La Muela. Entonces aprovecharon un plan de empleo. Defender este patrimonio es signo de identidad y forma parte del acervo cultural de El Viso.

CESÁREO DE LOS SANTOS


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