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José Ángel Campillo | Otro López en la historia de nuestro pueblo

El pasado año, con motivo de la conmemoración del 150 aniversario de la muerte de Diego López Sánchez, se celebró en el centro cultural convento del Corpus Christi una magna exposición que llevaba por nombre: “Diego López Sánchez y la custodia procesional de El Viso del Alcor”.



Pero no les voy a hablar de Diego “el Santo” apelativo con el que era conocido, sino de su hermano Juan. Juan López Sánchez nació en El Viso del Alcor el año 1802, era por tanto dos años menor que su hermano Diego.

Hijo de Diego López Ortiz y de Juana Sánchez Sanabria, con 17 se dirigió por carta al Arzobispado indicando que es natural de El Viso del Alcor. En este documento manifiesta sus “más vivos deseos de ascender al Estado Eclesiástico”. Pero ante este hecho nos encontramos con un escollo: no posee la Congrua (la dote), porque es fundamental tener dote:

«hay que garantizar siempre una dote estable y conveniente, necesaria para el sostenimiento material de los titulares de los oficios eclesiásticos», pero sus padres tienen el suficiente capital para instituir un patrimonio a su favor que le serviría de sustento.

Así el 24 de septiembre de 1817 el Arzobispado da a conocer que debe de constituir una renta libre al año de 1500 reales, dinero suficiente para que pueda “ascender al Estado Eclesiástico”.

Como el muchacho estaba determinado a profesar como sacerdote, tal y como lo manifestó su preceptor “le echa advertido siempre vocación al Estado Eclesiástico” y ello a pesar de que sus padres le habían indicado “ en distintas ocasiones en que tome otro estado” , de lo cual él no está de acuerdo.

Sabemos que era bajo de estatura pues “que tiene la esencia perpetua de sorteos por falta de talla pues es de una estatura mediana”, eso sí, de buena familia.

Los 1.500 reales que manifiesta el estamento eclesiástico ha de salir del siguiente patrimonio que sus padres desvinculan, y haciendo saber que, a pesar de ello no perjudica a tercero, porque don Diego “tiene caudal suficiente para la subsistencia de su familia, e igualar a los demás hijos en sus respectivas legítimas”.

Patrimonio:

• Una casa de morada en la calle Horno Viejo “que hace esquina del sitio de la torre y plazoleta de la fuente, con quien linda por el medio día”. La casa está cargada con una memoria perpetua de 6 rs. al año al beneficiado de la Iglesia. La referida casa costó 2.500 rs, según constaba en escritura pública dada el 12 de abril de 1740, ante el escribano Diego Jiménez Morales. La casa se apreció en 23.548 reales y una renta anual de 1.100 reales.

• Olivar de 13 aranzadas y 25 pies en Carmona (al pago de la Cierva), comprado el 31 de marzo de 1800, se estipula en un precio de 11.330 reales.

• Olivar sito en la Asomadilla, de 9 aranzadas, siendo 3 cuerdas de tierra que después se plantó de olivar con la obligación de 12 rs. que se paga al Señorío, según escritura de compra de 6 de febrero de 1791.Su precio se estipuló en 29.786 reales.

• Olivar de 3 aranzadas y 4 pies en la Asomadilla, comprado el 18 de octubre de 1803, siendo su precio 10.905 reales.

De esta manera con los 1.100 reales de la renta anual de la casa y los 1.560 reales que podrían dar de beneficio los olivares, se estipula la dote en un total de 2.660 reales, que sobrepasarían en 1.160 reales la renta estipulada. Así este eclesiástico gozaría de una vida más que holgada, y muy similar a la de sus parientes, teniendo en cuenta que lo que recibe es la legítima que le corresponde por herencia de sus padres, ascendiendo la misma a 53.334 reales, una cantidad apreciable.

No tenemos constancia documental si Juan López Sánchez ingresó o no en el estado eclesiástico, lo que si tenemos constancia es que el 28 de febrero de 1824 el Padre fray Pedro de las Nieves, comendador del Convento mercedario de El Viso casó, una vez hechas las amonestaciones y los pertinentes permisos paternos, a Don Juan López , de 22 años y a doña Ana de León, de 16 años, hija de Don Diego de León Martín y de Doña Ana Mateos.

Años después, el 16 de febrero de 1837, don Juan López solicitó a la administración eclesiástica quedasen libres las fincas con las que se instituyó el patrimonio para ingresar en el Estado Eclesiástico.

Sin duda alguna, estamos ante un personaje interesante que he querido rescatar con este artículo. A buen seguro que con el tiempo conseguimos más datos de su biografía.


JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO


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