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Marco Antonio Campillo | Vacunas, fumigaciones y el primer microscopio en El Viso del Alcor hace más de un siglo

Pelayo Jiménez León tomó posesión como Alcalde de nuestra localidad el 1 de julio de 1897. Su mandato fue largo, en torno a una década, hasta 1906. Nos ocuparemos en el siguiente artículo de los comienzos de su alcaldía, donde se llevaron a cabo importantes medidas sanitarias.



El nuevo Alcalde empezó con mal pie, ya que manifiesta el 5 de agosto “que hallándose algo enfermo los facultativos le habían ordenado tomase las aguas medicinales de Suazo, para la cual solicitaba a la Corporación licencia por treinta días”. La solicitud del Alcalde fue aceptada, pasando un mes en el balneario alavés de Zuazo de Cuartango, lugar muy de moda entre la alta burguesía española por su curativo manantial, junto a la orilla del río Bayas, conocido como “fuente negra”, por el poso negro residual que dejaba, o de los “huevos lluecos” por su fuerte olor sulfuroso a huevos podridos. A pesar de ello, debió ser un lugar muy relajante, ya que disponía de zonas de baños con pilas de zinc y mármol de Carrara, estancias para pulverizaciones, duchas y baños de asiento…

El Alcalde debió volver “rejuvenecido” de su descanso termal, tomando medidas importantes, tales como la reparación de las fuentes públicas, Casas Consistoriales, Casa Matadero y demás dependencias del Municipio.

El 7 de octubre de 1897 “el Sr. Alcalde manifiesta que a consecuencia de los estragos causados en la inmediata villa de Mayrena, por un cerdo que padecía triquinosis, ha habido gran alarma en la localidad, careciéndose como se carece de un microscopio, único medio que conoce la ciencia para preservarnos de ese mal. Que gran número de personas han acudido a la Alcaldía en súplica de que el Ayuntamiento adquiera el indicado instrumento y que trasladaba esa súplica a la Corporación. Ésta acordó, que siendo la Salud Pública un asunto preferente, facultar al Sr. Alcalde para adquirir un buen microscopio y su costo consignarlo en el capítulo correspondiente del presupuesto al ordinario que ha de formalizarse”. La necesidad de un microscopio era debida a la triquinosis, infestación parasitaria reconocida a finales del siglo XIX como un importante problema de salud pública. El Viso tenía un activo matadero, por tanto era importante disponer de este moderno artilugio científico para detectar a tiempo a la “Trichinela spiralis” en los cerdos y evitar que estas carnes contaminadas llegasen al consumo humano.

Una semana más tarde, el 24 de octubre, la Junta Municipal de Sanidad acuerda la adquisición de tubos de vacuna para inocular, al ser insuficientes las que remitía la Excma. Diputación Provincial, en el Laboratorio del Doctor Murga, con fin de atender los deseos del público. El galeno Leopoldo Murga Machado (1861-1923) fue muy famoso en su época al realizar un estudio de la epidemia de cólera morbo de Valencia de 1885. Por otro lado, el Alcalde indica que era necesario proveerse de desinfectantes para fumigar las casas donde hubiese enfermos varicosos, así como en los edificios y lugares que se determinase. Del mismo modo, se acuerda el nombramiento de Don Manuel Roldán Fernández, con un sueldo diario de una peseta, como Inspector de Sanidad. Las epidemias no eran el único problema de El Viso de finales del siglo XIX.

La pobreza era un mal endémico de la gran masa de jornaleros. La enfermedad y la vejez eran jinetes del Apocalipsis que obligaban a muchos visueños a solicitar una vacante en el Hospicio Provincial al no contar con los medios necesarios para su subsistencia. Una parte significativa del presupuesto municipal del último trimestre de 1897 iba destinado a paliar la pésima situación económica de la población, acuciada por las malas cosechas: 187,50 pesetas para medicinas para pobres; 6,25 para socorrer a transeúntes; 2,50 pesetas para conducción de expósitos (es decir, el traslado de los niños abandonados a la Casa Cuna de Sevilla); 25 para el socorro a presos o 10 pesetas para desinfectantes.

Los desinfectantes, las epidemias, las fumigaciones o las investigaciones científicas, como hemos visto en este artículo, no son nada nuevo en este rincón de Los Alcores. La Historia es cíclica y se repite de modo recurrente. Esperemos, en esta ocasión, que la crisis económica pase de largo. Para ello, la ayuda y solidaridad de todos es necesaria. ¡Pongamos nuestro granito de arena ante los malos tiempos que se avecinan!


MARCO ANTONIO CAMPILLO