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José Ángel Campillo | La Capilla del Rosario cumple 100 años

El 21 de noviembre de 1920, hace la friolera de cien años, fue bendecida e inaugurada la capilla del Rosario, un pequeño templo situado a cierta distancia de la parroquia y cuyo objetivo no era otro que el de poner en práctica la nueva evangelización en aquellos años convulsos de comienzos del siglo XX. Para entender la construcción de la capilla hemos de tener muy presente el contexto social, político y económico del momento.


Sin ir más lejos, en Rusia había estallado la revolución bolchevique (25 de octubre de 1917). Estamos ante uno de los acontecimientos más importantes de la centuria y de la Historia reciente de la humanidad que impactó por igual a la burguesía y a la masa de asalariados, fundamentalmente jornaleros sin tierra. A esto hemos de añadir que la iglesia perdía poder y privilegios en una sociedad cada vez más alejada de sus postulados, fundamentalmente jornaleros y obreros, lo que se llamó el proletariado.

Si la revolución impactó en las conciencias, a buen seguro que la Gran Guerra también provocó cambios ideológicos en todos los rincones del mundo y de la vieja Europa, y en un rincón de la baja Andalucía llamado El Viso del Alcor, que en aquellos años tenía una población de unos 8.000 habitantes, donde una de las principales preocupaciones era que los quintos del año 1919 no fuesen a la guerra de África porque aún estaba muy reciente la de Cuba.

En estos tiempos convulsos en los que  la iglesia se enfrenta al dualismo ateísmo y laicismos, en un contexto anticlerical vamos a asistir a la construcción de una nueva iglesia promovida por una persona con una personalidad muy marcada y de gran influencia en la sociedad visueña del momento, sobre todo dentro de la burguesía local.

Don Primitivo Tarancón Gallo fue cura párroco de nuestro pueblo desde 1909 hasta su muerte en 1938 .Estamos ante una persona con una mentalidad  muy conservadora que a sus cincuenta años, en plena madurez, consiguió construir un nuevo templo bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario. A esto hemos de añadir una posición económica que podemos calificar como desahogada, pues de su bolsillo costeó las obras que se llevaron a cabo en la parroquia, fundamentalmente en el presbiterio y en la sacristía. También costeó la compra de la que se llamaba “casa de los pájaros” un edificio que fue construido con la finalidad de almacenar cereales.

Las primeras referencias del edificio datan del año  1866, fecha en la que encontramos la primera inscripción en el registro de la propiedad de Alcalá de Guadaíra. Sabemos que su propietario era  D. Alonso Jiménez Rico, agricultor con una holgada posición económica que muy probablemente fue el que costeó su construcción. El edificio es el resultado de la unión de cinco solares, no constando su procedencia o propietarios, aunque por la primera inscripción en el registro sabemos que la finca estaba gravada con un tributo de 25 reales y 15 maravedíes al año (la peseta no aparece hasta la revolución de 1868) en favor de la Amortización y una memoria de 10 reales que se debían de pagar a la iglesia de El Viso.

D. Alonso Jiménez Rico, casado con doña Águeda León Mateos, falleció a la temprana edad de 48 años, dejando una fortuna que fue estimada en 1.627.375 reales, suma bastante considerable para la época, siendo parte de esta herencia el pósito de granos o “casa de los pájaros” que en 1865 fue inscrito a nombre de sus herederos.

Según el registro de la propiedad, el edificio estaba en la que entonces era calle Baja  del Rosario número 71 , lindaba por la derecha con el corral de la casa propiedad de José Martín, en la calle Capitas; por la izquierda con la casa propiedad de José García y por la espalda con el corral de la casa, que en la calle Real, poseía una de las herederas doña Patrocinio Jiménez León, esposa de don Juan Bellón, capitán de caballería.

Con una fachada de 14,190 metros y con  56,841 metros de largo tenía una superficie de  806, 573 metros cuadrados. Tras haber consultado en el Catastro las actuales dimensiones de la finca, hemos de decir que hay una gran aproximación entre las medidas antiguas y las actuales, aunque lo que es propiamente  capilla tiene una superficie de 324 metros cuadrados, mientras que la parte profana tiene 498 metros cuadrados, lo que hace un total de 822 metros cuadrados. 

Dos puertas daban acceso al interior de un edificio en el que un gran corredor distribuía los distintos graneros y las escaleras para poder acceder a la primera planta, donde encontrábamos nuevamente graneros. Hay que destacar el patio porticado ,que existe en parte, y que servía como distribuidor de los graneros traseros.

En torno a 1917 don Primitivo comenzó, pacientemente, a comprar cada una de las partes, unas a los herederos directos de don Alonso, otras a los hijos de éstos, hasta que el 14 de octubre de 1927 se redactó una escritura en la que se insertó una Comunicación de la Secretaría del Gobierno, con fecha de 20 de julio, por la que se autorizaba la inscripción del edificio a nombre de la Jurisdicción Eclesiástica. El 15 de noviembre de 1933, don Primitivo, en nombre de la Jurisdicción Eclesiástica, inscribió la finca, para lo que tuvo que presentar la pertinente escritura de aclaración y ratificación otorgada en Sevilla el 27 de mayo de 1933.

Volviendo a la inauguración del templo, hemos de remontarnos a las vísperas, a la noche del 20 de noviembre, fecha en la que la Virgen del Rosario fue trasladada procesionalmente desde la iglesia parroquial hasta el nuevo edificio, recién remozado y adaptado para su nuevo uso. Al día siguiente, domingo, a las diez de la mañana, llegó el Cardenal Arzobispo para bendecir el edificio. Fue recibido por las autoridades civiles y religiosas de la localidad, amén de un nutrido grupo de religiosos procedentes de Carmona y de Sevilla que acompañaron y, a buen seguro ,dieron vistosidad al acto que se convirtió en uno de los grandes acontecimientos socio-religiosos del año.

Una vez bendecida la capilla, se procedió a su inauguración celebrándose la primera misa a cargo de don Primitivo, tal vez como premio a su tenacidad por haber conseguido comprar cada una de las partes en las que había quedado el edificio a lo largo de los años, más cuando algunos de sus propietarios no vivían en nuestro pueblo.

La fiesta y alegría de aquellos días se tornó en quebranto dieciséis años después, pues en julio de 1936, al igual que la parroquia, el templo fue saqueado y todos sus enseres fueron pasto de las llamas. Entre estos enseres hemos de destacar el retablo que presidía el presbiterio y en el que podíamos encontrar en la hornacina central a la imagen de Nuestra Señora del Rosario, una imagen de gloria conocida como “la de don Primitivo”, imagen moderna del año 1920. En la hornacina lateral derecha se encontraba la imagen del Sagrado Corazón, imagen donada en 1923 por  don Antonio Casado; en la hornacina lateral izquierdo, San José y el Niño Jesús, imagen donada en 1921 por Doña Rosario León Ferrero.

El edificio quedó en condiciones lamentables, por lo que Don Cándido Borrego solicita al Ayuntamiento un préstamo para su reconstrucción convirtiéndose en residencia canónica de la Hermandad que el 18 de diciembre de 1940 se va a fundar con el nombre de Hermandad y Cofradía  de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz y María Santísima del Rosario.

A partir de estos momentos el devenir de la capilla va a ir ligado al de la Hermandad, de tal manera que en 1965 el aparejador municipal recomienda en un informe  que se prohíba el acceso a la misma, dado el estado de ruina en el que se encontraba su tejado y las vigas y tirantas de madera. En marzo de 1967 el Ayuntamiento manifiesta  en un cuestionario para analizar la estructura  económica y social de la localidad que dicho establecimiento necesita “la reconstrucción” dado que el lugar estratégico que ocupa dentro de la localidad así lo exigía. 

Ante esta situación, el cura párroco don Manuel Rodríguez, a comienzos de los setenta del pasado siglo plantea la posibilidad de constituir una cooperativa de viviendas, dado que se trata de un solar de 1.023 metros cuadrados (estamos hablando de doscientos metros de diferencia con respecto a la medición inicial). Al respecto hay que decir que hubo un intento de urbanizar unos terrenos situados en el centro del pueblo y que estaban infravalorados. Se pretendía construir una moderna capilla accesible desde la calle, y a través de un pasaje acceder a un grupo de viviendas que se construirían en torno a un patio central.  Sin embargo este intento cooperativista fracasó y el cura ofreció el proyecto a particulares, a lo que la Hermandad, al parecer, puso impedimentos. 

Actualmente, un siglo después de aquel 21 de noviembre, el edificio, gracias a la labor llevada a cabo por la Hermandad, ha sido remozado y goza de “buena salud, por lo que le auguramos, sin duda alguna, otros cien años más.        

                                                               !!!!FELICIDADES¡¡¡¡


JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
FOTOGRAFÍA: HERMANDAD DE VERA-CRUZ Y ROSARIO


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