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María José Cortés | Farolillos en Mayo

Y llegó el mes de mayo como nacimiento esperado. Julia y Blanca, buscaron a su abuelo nerviosas y felices porque sus padres les habían comprado unos farolillos.


 
Esplendorosos con sus lunares gigantes y de colores llamativos.
El abuelo las recibió emocionado con lágrimas en sus ojos y a la vez con palmas por sevillanas.

- ¡Ole mis niñas, vamos a montar nuestra caseta! Y no faltará ningún ingrediente para que sea lo que debe ser.

Macetas florecidas, nuestras sillas de nea, una guitarra, unas letras por sevillanas, una CRUZ de romero y todos las emociones que podamos.
-Abuelo, pero mi amiga Patri no quiere, dice que en su casa están tristes y no los pondrán.
- Es de respetar Julia, cada cual vive su dolor como le apetece. Y eso es sagrao.

Así decía un amigo mío que era sabio:
           
            En esta vida señores 
            cada uno lleva su Cruz
            cada uno a su manera 
            como la llevó Jesús. (c.c.c)

- ¿Y tú abuelo, no estás triste? Yo te he visto llorar. No digas que no.
- Ay Blanca, eso era una cosita que se metió en mi ojo un día, y cuando os veo, las lágrimas son de alegría. Y, además:

Yo mis penas, las visto de farolillos 
y mi Cruz la engalano con romero
 mis recuerdos son presente 
y mis letras un te quiero.

- ¡Pero abuelo, no se puede montar caseta! - dijo Blanca, la más pequeña.
- ¿Quién ha dicho que no? En casa, en nuestro patio, en los balcones, en un rinconcito de na. ¡Claro que podemos! 

No faltará la alegría porque vosotras lo sois. No faltará la vida porque la tenemos. No faltará nadie porque siguen estando con nosotros, nunca se fueron y esa será nuestra forma de demostrarles que somos fuertes y siguen aquí, Así que:

Vamos abriendo farolillos
Uno por cada uno de ellos 
Cantando por sevillanas,
Que resuenen en el cielo.

   
Pd. ¡Va por ustedes! ¡va por tod@s! ¡va por ti!


MARÍA JOSÉ CORTÉS