Ir al contenido principal

Marco Antonio Campillo | Esperanza

¡No hay que mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista!

Tras la tempestad de la pandemia y dos años sin poder disfrutar de nuestra Semana Grande, el Domingo de Ramos está a la vuelta de la esquina.


El extraordinario y emotivo pregón de D. Miguel Ángel Crespo Martín, presentado elegantemente por el Hermano Mayor de la Hermandad de la Esperanza, D. Juan Ramón Benítez Bonilla, supuso el gran aldabonazo de salida de esta tradicional Fiesta.

Nuestra Semana Santa se vivirá, sin duda, con pasión, sentimiento y mucha tradición, transmitida de abuelos a nietos, de padres a hijos. Despertarán al rayar el alba de mañana, Domingo de Ramos, nuestros anquilosados sentidos.

Las puertas de nuestra mirada se abrirán de par en par para contemplar las obras de arte que procesionarán por las calles de nuestro pueblo, que serán llevadas por esforzados costaleros. Las calles y balcones engalanados embellecerán más aún nuestro pueblo bajo las luces anaranjadas del ocaso o las llamas oscilantes de cirios y velas.

Los sonidos de las cornetas y tambores erizarán nuestra piel. Las Marchas tocadas por las Bandas de Música de San Sebastián de Villaverde del Río, las locales de Nuestra Señora de la Merced y de Santa María del Alcor, de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana o la íntima de la Capilla musical y de cantores “De Profundis”, nos emocionarán y harán derramar más de una salobre lágrima. Las desgarradoras saetas, en cambio, despertarán los suspiros, que serán mecidos por una ligera brisa que, desde el Alcor hasta la Vega, impregnará el ambiente de incienso, azahar, torrijas y pestiños. El recio sonido del llamador, los gritos de ánimo del capataz, el sonido rítmico de los varales y de las zapatillas de los costaleros, despertarán la nostalgia de los que se fueron demasiado pronto y nos contemplan desde Los Alcores del cielo.

Las yemas de nuestros dedos volverán a sentir el terciopelo de los mantos de las Vírgenes, el raso de las túnicas de los penitentes, el esparto de las zapatillas, o el tacto inconfundible de una bola de cera, que nos trasladará a nuestra infancia.

El olor a azahar de nuestros naranjos, a dulces, a incienso, a ropa recién estrenada, abrirá para los Creyentes el ciclo de la festividad de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.
La Semana Santa es también sabor, mucho sabor; a pestiños, torrijas, miel, canela o tomate con bacalao.

Esta cascada de emociones estará llena de esperanza por volver a la normalidad después de dos duros años y alcanzar una paz que marque con hilo de plata el rumbo de la prosperidad económica.

Hablando de esperanza, el 2022 será recordado, además, por la primera estación de penitencia, si las condiciones meteorológicas adversas no lo impiden, de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Redención en el Beso de Judas, María Santísima de la Esperanza y Patriarca Bendito San José. Por tanto, esta joven Hermandad, nacida en abril de 1998, verá cumplido un sueño, fraguado en la emblemática barriada de Nuestra Señora del Carmen, y coronado el 20 de noviembre de 2019 de manos del Monseñor Juan José Asenjo, Arzobispo de Sevilla, quién firmó el decreto nombrando Hermandad de Penitencia a esta agrupación de fieles.

La Cruz de Guía rasgará el azul cielo visueño a las seis de la tarde del Martes Santo desde la Casa Hermandad de Vera-Cruz y Rosario, provocando un torrente de emociones de sus Hermanos, muchos de los cuales, con túnica de cola de color hueso y antifaz de sarga verde con escudo bordado de la Hermandad, acompañarán a María Santísima de la Esperanza. La belleza, elegancia y dulzura, plasmada en magistrales golpes de gubia del imaginero Ventura Gómez sobre madera de cedro, irradiará sobre las calles, plazas y rincones de Los Alcores de El Viso, de El Viso de Los Alcores, al son de las tambores y cornetas de la Banda de Música San Sebastián de Villaverde del Río.

En definitiva, este Martes Santo debe ser el de la recuperación de nuestra ansiada normalidad y volver a disfrutar de nuestra añorada Semana Santa, donde la devoción, el arte y la pasión irradian el atardecer baja la efigie de la Cruz del Calvario.

MARCO ANTONIO CAMPILLO 
FOTOGRAFÍA: REDENCIÓN Y ESPERANZA 
© 2020 El Viso Digital · Quiénes somos · montilladigital@gmail.com

Designed by Open Themes & Nahuatl.mx.