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Marco Antonio Campillo | Un centernario de Dolores y Amor

La penumbra dio paso a luces anaranjadas al rayar el alba, que se filtraban entre el ramaje de los árboles y dejaban entrever el blanco inmaculado de las casas de humilde edificio, el albero de calles polvorientas, el dorado de las espigas en el mar de la Vega y el verdor de olivos, vides y huertas regadas por acequias y norias accionadas por disciplinadas mulas.

Una mujer enlutada completamente se confunde con los últimos atisbos de oscuridad mientras asciende con dificultad por la calle Amargura. Sus manos callosas y ásperas empujan la pesada puerta de la Iglesia Parroquial, dirigiéndose a paso lento a rezar a la imagen sagrada que acaba de llegar al pueblo en el año de Nuestro Señor Jesucristo de 1850 de la mano del sacerdote visueño D. José Cadenas.

La anciana, de cabellos plateados y enorme roete, se arrodilló ante la Virgen de los Dolores, tibiamente iluminada por unos chorreantes cirios. Alzó su mirada cansada y carcomida por el tiempo y el duro trabajo, escapándose un suspiro de lo más profundo de su ser. El sereno sufrimiento del rostro de la Virgen pasó a ser el suyo, elevando al unísono sus ojos al infinito. Acto seguido, se levantó con rapidez, surcando lágrimas salobres por sus aventadas mejillas, comenzando a acariciar suavemente los estilizados dedos de la Virgen ¡Había nacido la devoción dolorosa en el corazón de Los Alcores!

Setenta y un año más tarde…

El pequeño pueblo de El Viso, de poco más de ocho mil habitantes, estaba de luto por la muerte de muchos soldados inocentes en el Desastre de Annual, localidad norteafricana situada entre Melilla y la bahía de Alhucemas, así como por el asesinato del Presidente Eduardo Dato, tiroteado por unos terroristas anarquistas desde una moto-sidecar. Fue, sin duda, el año más triste del reinado de Alfonso XIII. La crisis política local iba en consonancia con la nacional, síntoma evidente de la crisis del sistema de la Restauración, fundamentado en el turnismo pacífico de los partidos conservador y liberal, los pucherazos y el caciquismo. Las elecciones municipales de 1922 en El Viso fueron anuladas por el Gobernador Civil por razones no aclaradas. Posteriormente, el uno de abril fue nombrado Alcalde, D. Manuel Jiménez Jiménez. No obstante, su mandato fue efímero, ya que falleció en Sevilla el 25 de noviembre tras una fallida intervención quirúrgica. Le sucedió el Teniente de Alcalde, D. Juan Ramón León Sánchez.

Nuestro microcosmos local estaba repleto de contrastes: una minoría de burgueses que frecuentaban el Casino y vivían en grandes mansiones repletas de criadas frente a una amplia masa de jornaleros que trabajaban de sol a sol por un salario miserable; de amos y criados; de niños enchaquetados y mozalbates churretosos, sucios y harapientos…

En este contexto, el Párroco, D. Primitivo Tarancón Gallo solicitó al Arzobispado, el siete de noviembre de 1921, la fundación de la cofradía de Nuestra Señora de los Dolores debido a que la Hermandad Sacramental, propietaria de la imagen, no podía costear los gastos de los cultos a esta venerada imagen, ya que su función principal era la de sufragar el entierro de sus Hermanos. Ante esta preocupante situación, un grupo de jóvenes idealistas persiguieron un sueño en el horizonte. Su amor inquebrantable a la Dolorosa y su deseo de que continuara procesionando por las calles visueñas provocó que decidieran crear una nueva Hermandad. Concretamente fueron cinco, quedando sus nombres marcados con hilos de plata: D. Manuel Guerrero Borreguero, D. Rafael de los Santos Falcón, D. Aurelio Jiménez León, D. Camilo León Guerrero, y D. Manuel León Cordones. Del mismo modo, fue muy importante el rol desempeñado por el capataz del paso de la Virgen de los Dolores, D. Ramón Guerrero Jiménez.

La nueva Hermandad floreció en primavera, el el 16 de abril de 1922, con el título de Hermandad del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de los Dolores. Sin embargo, todo no fue un camino de rosas, siendo los inicios años difíciles, en un contexto de crisis económica y escasos Hermanos. Sin embargo la Fe mueve montañas y estos primeros dolorosos realizaron numerosas  actividades para recaudar fondos, tales como rifas, cultivo de tierras... y, al mismo tiempo, obras de caridad, como donaciones de pan para saciar la hambruna de un sector significativo de la sociedad visueña.

La primera Estación de Penitencia de la Hermandad la realiza la Semana Santa de 1924. El Jueves Santo por la noche, procesionó el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz (imagen desaparecida en la Guerra Civil) seguido de la Virgen de los Dolores bajo palio. El Viernes Santo al atardecer, procesionó el Cristo de la Vera-Cruz, seguido del Santo Entierro (imagen que actualmente está en el Convento del Corpus Christi) y tras él la Santísima Virgen de los Dolores.

La centenaria historia de esta Hermandad está repleta de hitos: la salvación de la imagen de la Virgen en la cruenta Guerra Civil de 1936, la primera Estación de Penitencia del Cristo del Amor (bello crucificado de Juan Bautista Vázquez “el Viejo” procedente de la Iglesia de San Martín de Sevilla), la construcción de la Casa Hermandad en la calle Horno, número ocho (inaugurada por el Cardenal Arzobispo de Sevilla, D. Carlos Amigo Vallejo, el 19 de diciembre de 1982), la fusión con la Hermandad Sacramental (aprobada por el Vicario General del Arzobispado de Sevilla el cinco de febrero de 1992),…

Los actos conmemorativos del Centenario son un brillante broche de oro a la dilatada Historia de esta sueño de esos cinco Hermanos que vieron cumplir un sueño, denominado con el paso del tiempo como la Antigua Real e Ilustre Hermandad Sacramental, Ánimas Benditas, Santo Lignum Crucis y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Amor, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y Nuestra Señora de los Dolores.

Hoy, sábado 15 de octubre, será un día histórico para El Viso del Alcor. El paso de Nuestra Señora de los Dolores, aromatizado por rosas de color blanco roto y nardos a sus pies, procesionará por las engalanadas calles en honor de multitudes desde las cinco de la tarde bajo los sones de la Banda de Música Virgen del Castillo, de Lebrija, siendo el momento culminante cuando el Alcalde, D. Gabriel Santos le imponga la Llave de Oro de la Villa. La noche se tornará en día con los cohetes iluminando su nueva saya, bordada en oro sobre tisú de plata. luciendo sobre su pecho tocado de encajes antiguos en tonos dorados y cobre, de estilo art-decó, y collar de chatones de cristal de roca y plata, de los años treinta. Sostendrá un rosario de cristal de roca verde, el más antiguo de cuantos posee la Virgen. Sobre sus benditas sienes, la antigua corona de salida, con joyas adheridas, inspirándose esto en los años setenta. Y, finalmente, lucirá la Medalla de Oro de la Villa de El Viso, concedida por el Excmo. Ayuntamiento hace veinticinco años.

Desde estas modestas líneas, quiero felicitar a la Hermandad de los Dolores por su centenario, deseándole otros cien años más repletos de gozo, amor e ilusión. 


MARCO ANTONIO CAMPILLO
FOTOGRAFÍA: HERMANDAD DE LOS DOLORES


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