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Marco Antonio Campillo | Tradiciones y supersticiones populares para echarse novi@ en El Viso del Alcor

El hombre es un ser social por naturaleza (ya lo decía Aristóteles en el siglo IV a. C.) y siempre ha sido importante conseguir pareja. No obstante, la sociedad se transforma por influjos de la globalización y cada vez son más frecuentes los hogares monoparentales y singels. Sin embargo, en épocas pasadas permanecer soltero o soltera era “mal visto” socialmente, utilizándose los términos peyorativos de “mozoduro” o “mozadura”. Por tanto, existía una fuerte presión social para contraer matrimonio, ya sea “por amor” (una de las pocas prebendas de los pobres), mediante enlaces concertados por los padres (atendiendo a sus intereses y no teniendo en cuenta los gustos o preferencias de los novios) o por acuerdos de la pareja para escapar de la soltería (hay referencias de cencerradas cuando existía una abultada diferencia de edad entre los cónyuges).

Como botón de muestra, en El Viso, según el Censo de Aranda, había 2335 almas en 1773, repartidos en 1210 varones (51,82 %)  y 1125 mujeres (48,18 %) Además, este documento es muy valioso porque distribuye la población por edades, sexo o estado civil, siendo la soltería prácticamente residual a partir de los 25 años:

GRUPOS DE EDADES

N.º Varones

% Varones casados

N.º Mujeres

% Mujeres casadas

Total

Porcentaje

Párvulos hasta 7 años

279

0

236

0

515

22,1 %

Medianos 7-16 años

257

0

250

0

507

21,9 %

Mayores 16-25 años

173

13,5 %

175

24,7 %

348

14,9 %

Mayores 25-40 años

231

93,2 %

210

97,73 %

441

18,9 %

Mayores 40-50 años

146

99,63 %

123

98,14 %

269

11,5 %

Mayores de 50 años

124

98,82 %

131

98,43 %

255

10,9 %

 ¿Qué tradiciones populares había en El Viso para conseguir pareja?

La mayoría de estas tradiciones estaban vinculadas a las fiestas al tratarse las mismas de los pocos momentos de ocio de una sociedad del Antiguo Régimen.

EL día de San Sebastián (20 de enero) era la fiesta del cortejo por excelencia.:

“San Sebastián

mocito y galań

saca las niñas a pasear” 

Los jóvenes aprovechaban el espacio de mayor libertad y desenfreno de una romería (en Santa Lucía o, posteriormente, en la Venta la Cagá) para cortejar a las chicas; la novia, sentada y con un cíclico bamboleo en la bamba o columpio, recibía, pues, los piropos y cortejos del pretendiente.

Otra tradición, recogida por Alejandro Guichot en 1885, señala que era costumbre en El Viso del Alcor llevar a cabo a las doce del día de la víspera de San Juan (24 de junio) la siguiente broma. “Prepáranse las muchachas en las puertas y ventanas con cubos llenos de agua; al dar las doce tiran el agua a la calle que puede caer sobre una persona o animal que transite en aquel momento; cada muchacha fijase respectivamente sobre quién ha caído su agua, pues será el esposo que le estará destinado. Escusado es hacer constar la diversión y algarada que sucede, si ha recibido algún burro el baño inesperado”.

Las Fiestas de la Santa Cruz era conocida como “la Feria de las mujeres”: “Quién no encuentre novio, que espere el año que viene”.

Por otra parte, el santo casamentero por excelencia era San Antonio de Padua. La tradición era “raptar” el Niño Jesús de San Antonio del Convento de Corpus Christi y no devolverlo  hasta que no encontrase novio (en ocasiones tardaba mucho en regresar…) A este respecto, existe la tradición visueña que una chica, a principios del siglo XX, desesperada porque no se casaba, tiró la figurita del Niño a un pozo. Arrepentida, sacaron la pequeña escultura y tuvieron que recomponer su destrozada ropa.

De manera similar, era costumbre en otros pueblos sevillanos encender dos luces a este santo o meter la imagen en un pozo, amarrado por el cuello por una soga: 

“Fuiste la que metiste

a San Antonio en el pozo,

y lo jartaste de agua

pa que te saliera novio”

COPLA POPULAR 

Otra superstición era que cuando a una persona soltera le barren los pies con una escoba, se le aleja el casamiento.

Pese a estas dificultades, “la que está pa tí, ni se casa ni se muere”.

Una vez conseguido el propósito de encontrar pareja, venían otros rituales como pedir “la puerta”, la pedida de mano, la dote, o la “chocadura”, pero eso es otra Historia.

MARCO ANTONIO CAMPILLO

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