La
placa descubierta en junio de 2022 no es la
primera hallada en El Viso del Alcor, sin
embargo, es la única que se va a exponer en su lugar
de origen, concretamente en el Centro Cultural Convento de Corpus
Christi.
La
pieza es una placa de barro cocido
cuadrangular de unas dimensiones considerables: 41 cm de longitud, 37,5 de
ancho y 4 centímetros de grosor. En el centro, destaca una protuberancia
piramidal cruciforme, con las caras deprimidas, en forma de estrella o cruz,
que sobresale unos 3 cm de la superficie de la placa. De las cuatro aristas de
la pieza central parten tallos barquiformes, que acaban en una especie de
decoración vegetal esquematizada, coronados por triángulos o “puntas de flecha”
en las esquinas. La decoración está enmarcada por una doble moldura cuyo
espacio central presenta dientes de sierra o también conocidos como dientes de
lobo. Esta ornamentación se realiza con
el barro fresco (antes de proceder a la cocción), principalmente mediante un
molde por prensado en el que se ha desarrollado en negativo el tema de la
decoración.
El
principal inconveniente que encontramos para su estudio, como ocurre con la
mayoría de las placas de este tipo, es el de ser un hallazgo fortuito y no
deberse a una investigación científica propia de una excavación arqueológica.
Los ladrillos 68 y 69 de la Collección Alhonoz de Écija, procedentes de El Viso del Alcor, son idénticos a esta pieza. Del mismo modo, las piezas N.º Cat. 86 y 87 del Museo Arqueológico de Sevilla, de procedencia desconocida, son bastante similares.
Hipótesis de su
simbología:
Su
simbología no está nada clara, aunque es posible que esté relacionada con la
cristiana, lo que abre la hipótesis de su pertenencia a una basílica cercana a
la villa de la Estación.
Esta
pieza tiene forma cuadrangular y el cuadrado era considerado durante la Antigüedad y la Edad Media como el
símbolo de la Tierra, por oposición al Cielo, que estaría simbolizado por una
gran estrella central. Además, nuestro planeta se representaba en forma de
cuadrado,indicando los puntos cardinales, a los que, tal vez, hacen referencia
los cuatro triángulos de las esquinas.
La
pirámide central se puede interpretar como una cruz cristiana.
Esta
magnífica placa está marcada indiscutiblemente por el número cuatro y no puede
ser casualidad: triángulos en las esquinas, las caras de la figura
troncopiramidal, los cuatro tallos o las zonas
formadas por la cruz central.
El
cuatro representa a las cuatro estaciones del año, a los puntos cardinales y a
los cuatro Elementos.
El cuatro es un número que aparece repetidamente
en las Sagradas Escrituras, concretamente en 305 ocasiones, a veces con un
valor simbólico.
En el Apocalipsis, sugiere la idea de
universalidad: los 4 jinetes, los 4 ríos del paraíso, los 4 campamentos de las
12 tribus, los 4 símbolos de los evangelistas,...
Algunos de estos ejemplos donde figura el número
cuatro en la Biblia son:
- En Génesis 1:14-19 se explica que el cuarto
día de la creación, Dios creó el sol, la luna y las estrellas y con ello el día
y la noche.
- En Génesis 2:10-14 se menciona el río del Jardín del Edén, que
se bifurcaba en cuatro brazos.
- Según el profeta Ezequiel, el Espíritu Santo
está sobre toda la Tierra y él menciona cuatro vientos, donde cada uno de ellos
corresponde a un punto cardinal
- Los evangelios son cuatro (san Mateo, san Marcos, san Lucas y san Juan)
Queda, pues, mucho por investigar de este tipo de placas, en
general, y de la conservada en el centro Cultural Convento de Corpus Christi,
en particular. Sin embargo, lo que está claro que la hallada en junio de 2022
es una auténtica maravilla y podemos disfrutarla todos los visueños y visueñas.