Hace diez años, mi familia emprendió la aventura de cambiar la agricultura convencional por la ecológica y la venta de productos online. Gracias a ello he conocido a mucha gente, personas muy diversa en todos los sentidos, incluso algunos han traspasado la barrera de meros clientes y se han convertido en amigos.
Una de las primeras fue Carmen, de Antequera, pero a caballo entre Madrid, Cuenca y Alicante. Su espíritu de superación de la enfermedad que padece es admirable. Una de las últimas es Ana M. L., se define como ciudadana del mundo, escribe cuentos para niños y estuvo de misionera seglar en Honduras, mantiene el contacto con todos aquellos a los que conoció, y por desgracia también está superando una terrible enfermedad. Al igual que Ana C. malagueña, criada en Alemania y actualmente vive en Madrid la cual ha superado una enfermedad.
Rosa es reportera de televisión, tiene muchos amigos y conocidos de diferentes sitios a los que les ha recomendado nuestros productos. Lo mismo hace Petra en su consulta de psicología clínica. Diego es de religión hindú, vive en Cantabria e intercambiamos sus kiwis por nuestras naranjas. También lo hacemos con Manuel de Galicia. Sentí mucho la pérdida de Cristina, una navarra extraordinaria, aunque sigo en contacto con su hija Sara y su viudo Juan Luis.
Casa Solidaria es una organización a la que pertenecen Mónica y Elena, ayudan a las personas con pocos recursos, proporcionándoles comidas y tratándolos con dignidad y respeto, sin pedirles documentos o pasaportes. Pasea con su perro Cooper por toda España, la asturiana Covadonga. Su blog sobre el tema es muy interesante e instructivo.
Mauricio es mejicano, vive en Madrid y está casado con una sevillana. En una de sus visitas a nuestra huerta, nos hizo un documental de nuestros cultivos con su dron. En otra visita, nos fabricó la hoja Excel donde ofertamos nuestros productos sin ningún interés. A cambio tenemos una coneja, Brownie, apadrinada por su hija María.
Francesa es Dominique y Antonella italiana, me encantan sus mermeladas y salsas. Estamos en la misma sintonía ¿Química, feeling,...? Hemos compartido muchas ferias ecológicas con Félix, que es catalán, al que nos parecemos bastante y compartimos muchas cosas. Probamos el atún del norte, conserva que hizo en tarros de cristal y nos envió Txema del País Vasco y todo porque me dio por regalarle unos huevos de nuestras gallinas de campo, en señal de agradecimiento por sacarme de un 'berenjenal' informático, en el que me había metido por desconocimiento.
Preocupada por el tema ambiental, me mandó tres dossiers sobre la contaminación de las aguas por los compuestos del cobre la rumana Mihaela. Un gran escalador de montañas es Javier, salmantino que vive en Alcalá de Guadaira, buenos ratos echamos cuando viene con su pareja María Ángeles a comprar a nuestra huerta.
Dos gaditanos, Manolo de Sánlucar y Diego de San Fernando, más joven que mis hijos. Las horas se convierten en minutos cuando charlamos. De Huelva, Charo y Raúl de la comarca de la Siberia de Badajoz, estupenda pareja, a la que les gusta las cosas de verdad y siempre dispuestos a ayudarte.
Es húngara Ileasi. Me cuenta que su padre, en tierras magiares, comparte mis mismas aficiones, árboles, esquejes y semillas, las patatas, las gallinas, los conejos y su pequeño huerto. Uno de nuestros trabajadores, Peri, es boliviano, otro Joaquín, de nuestro pueblo. Buenos trabajadores, excelentes personas, mejores padres y degustadores de la cerveza fresquita.
Efrén es bombero y Ana trabajadora en temas de medio ambiente, están locos con su Lola. Igual les ocurre a Irma y Curro, que regentan una tienda de deportes, con su hijo Otto, una devoción por los hijos como les ocurre a todas las parejas del mundo. Yolanda espera su primer hijo para enero. En este mismo mes nacerán niños de todas las razas y etnias del planeta.
Maestros como Magdalena, descendiente de extremeños y que en su aula de Alcorcón forma e integra a niños rumanos, ucranianos, sudamericanos, españoles. La misma experiencia tiene Pilar de Madrid con su guardería en Tres Cantos o Magasahi dando formación profesional a jóvenes procedentes también de diversos países.
La jardinera Sofía es argentina, todo un torbellino de alegría, simpatía y bondad. Muy parecida a ella es la muy dulce canaria Rayini. De raza gitana es Manuel y siempre con la misma cantinela, que los payos tenemos abandonados a nuestros padres y nos preocupamos mucho por los restos de nuestros abuelos.
Un ejemplo de discreción, educación, maneras y saber estar es el jubilado Carlos, al que conozco de hace algunos años. Sabía que había trabajado en muchos países europeos. Me picaba la curiosidad y no le podía sacar en qué. Por fin me lo ha contado. Fue embajador de España en Inglaterra, Bélgica, Holanda y Alemania.
Es sólo un botón de muestra. Son gente muy diversa, de muchos sitios, con distintas creencias e intereses. Conociendo a esta gente, no comprendo, ni comprenderé nunca porque hay unos pocos, muy pocos de un lado y del otro que se dedican a envenenar la mente de la gente metiendo cizaña, mostrando lo poco que nos separa, infundiendo odio, rencor y desconfianza... con tal de satisfacer sus ansias de poder, ambición o de dinero.
Deberían reflexionar y dejar al pueblo en paz. Buscar más la justicia social y la igualdad. Que no se les olviden a estos impresentables de ambos bandos, que las fronteras y los partidos son un invento humano y que el diálogo en igualdad de condiciones y derechos son los que logran la armonía, resuelven los conflictos y llegan a la amistad entre los grupos.
Por fin me he desahogado. Gracias.
Una de las primeras fue Carmen, de Antequera, pero a caballo entre Madrid, Cuenca y Alicante. Su espíritu de superación de la enfermedad que padece es admirable. Una de las últimas es Ana M. L., se define como ciudadana del mundo, escribe cuentos para niños y estuvo de misionera seglar en Honduras, mantiene el contacto con todos aquellos a los que conoció, y por desgracia también está superando una terrible enfermedad. Al igual que Ana C. malagueña, criada en Alemania y actualmente vive en Madrid la cual ha superado una enfermedad.
Rosa es reportera de televisión, tiene muchos amigos y conocidos de diferentes sitios a los que les ha recomendado nuestros productos. Lo mismo hace Petra en su consulta de psicología clínica. Diego es de religión hindú, vive en Cantabria e intercambiamos sus kiwis por nuestras naranjas. También lo hacemos con Manuel de Galicia. Sentí mucho la pérdida de Cristina, una navarra extraordinaria, aunque sigo en contacto con su hija Sara y su viudo Juan Luis.
Casa Solidaria es una organización a la que pertenecen Mónica y Elena, ayudan a las personas con pocos recursos, proporcionándoles comidas y tratándolos con dignidad y respeto, sin pedirles documentos o pasaportes. Pasea con su perro Cooper por toda España, la asturiana Covadonga. Su blog sobre el tema es muy interesante e instructivo.
Mauricio es mejicano, vive en Madrid y está casado con una sevillana. En una de sus visitas a nuestra huerta, nos hizo un documental de nuestros cultivos con su dron. En otra visita, nos fabricó la hoja Excel donde ofertamos nuestros productos sin ningún interés. A cambio tenemos una coneja, Brownie, apadrinada por su hija María.
Francesa es Dominique y Antonella italiana, me encantan sus mermeladas y salsas. Estamos en la misma sintonía ¿Química, feeling,...? Hemos compartido muchas ferias ecológicas con Félix, que es catalán, al que nos parecemos bastante y compartimos muchas cosas. Probamos el atún del norte, conserva que hizo en tarros de cristal y nos envió Txema del País Vasco y todo porque me dio por regalarle unos huevos de nuestras gallinas de campo, en señal de agradecimiento por sacarme de un 'berenjenal' informático, en el que me había metido por desconocimiento.
Preocupada por el tema ambiental, me mandó tres dossiers sobre la contaminación de las aguas por los compuestos del cobre la rumana Mihaela. Un gran escalador de montañas es Javier, salmantino que vive en Alcalá de Guadaira, buenos ratos echamos cuando viene con su pareja María Ángeles a comprar a nuestra huerta.
Dos gaditanos, Manolo de Sánlucar y Diego de San Fernando, más joven que mis hijos. Las horas se convierten en minutos cuando charlamos. De Huelva, Charo y Raúl de la comarca de la Siberia de Badajoz, estupenda pareja, a la que les gusta las cosas de verdad y siempre dispuestos a ayudarte.
Es húngara Ileasi. Me cuenta que su padre, en tierras magiares, comparte mis mismas aficiones, árboles, esquejes y semillas, las patatas, las gallinas, los conejos y su pequeño huerto. Uno de nuestros trabajadores, Peri, es boliviano, otro Joaquín, de nuestro pueblo. Buenos trabajadores, excelentes personas, mejores padres y degustadores de la cerveza fresquita.
Efrén es bombero y Ana trabajadora en temas de medio ambiente, están locos con su Lola. Igual les ocurre a Irma y Curro, que regentan una tienda de deportes, con su hijo Otto, una devoción por los hijos como les ocurre a todas las parejas del mundo. Yolanda espera su primer hijo para enero. En este mismo mes nacerán niños de todas las razas y etnias del planeta.
Maestros como Magdalena, descendiente de extremeños y que en su aula de Alcorcón forma e integra a niños rumanos, ucranianos, sudamericanos, españoles. La misma experiencia tiene Pilar de Madrid con su guardería en Tres Cantos o Magasahi dando formación profesional a jóvenes procedentes también de diversos países.
La jardinera Sofía es argentina, todo un torbellino de alegría, simpatía y bondad. Muy parecida a ella es la muy dulce canaria Rayini. De raza gitana es Manuel y siempre con la misma cantinela, que los payos tenemos abandonados a nuestros padres y nos preocupamos mucho por los restos de nuestros abuelos.
Un ejemplo de discreción, educación, maneras y saber estar es el jubilado Carlos, al que conozco de hace algunos años. Sabía que había trabajado en muchos países europeos. Me picaba la curiosidad y no le podía sacar en qué. Por fin me lo ha contado. Fue embajador de España en Inglaterra, Bélgica, Holanda y Alemania.
Es sólo un botón de muestra. Son gente muy diversa, de muchos sitios, con distintas creencias e intereses. Conociendo a esta gente, no comprendo, ni comprenderé nunca porque hay unos pocos, muy pocos de un lado y del otro que se dedican a envenenar la mente de la gente metiendo cizaña, mostrando lo poco que nos separa, infundiendo odio, rencor y desconfianza... con tal de satisfacer sus ansias de poder, ambición o de dinero.
Deberían reflexionar y dejar al pueblo en paz. Buscar más la justicia social y la igualdad. Que no se les olviden a estos impresentables de ambos bandos, que las fronteras y los partidos son un invento humano y que el diálogo en igualdad de condiciones y derechos son los que logran la armonía, resuelven los conflictos y llegan a la amistad entre los grupos.
Por fin me he desahogado. Gracias.
CESÁREO DE LOS SANTOS
