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Debate Municipal | Ayuntamientos; coronavirus y gasto social

Algunos Ayuntamientos de la provincia de Sevilla, a rebufo del Hispalense, anuncian su contribución a paliar las consecuencias de la pandemia, destinando fondos previstos de ferias y romerías a financiar programas de ayuda social (eufemismo), tanto a personas vulnerables y de alto riesgo de exclusión social, como para ayudar a Pymes, Autónomos y Emprendedores afectados por la situación de alarma. Los cumplidores, Ayuntamientos que han liquidado el ejercicio de 2.019 y aprobado presupuestos para 2.020, para incrementar el 20% del superávit que la legislación les permite invertir en gasto social, R.D.L 11/2020. .



Vaya por delante mi total desacuerdo con estas prácticas públicas, en mi opinión cortoplacistas, estériles y con un alto coste de oportunidad, aquello a lo que renunciamos cuando tomamos una decisión y no otra. Esta posición no implica rechazo a la mitigación por el Ayuntamiento de situaciones limites de suministros vitales.

Es el momento de los gobiernos locales, de la política local, son muchos los que apelan al municipalismo como palanca de reversión, de acicate ante la crisis social y económica que se proclama y como garante de una salida distinta a la que se produjo tras la crisis financiera de 2.008; precarización del empleo, empobrecimiento de grandes capas sociales, en definitiva desigualdad e injusta redistribución de rentas y riquezas.

Soy un entusiasta adepto de aquellos que entienden el municipalismo como guía y sustento de un nuevo modelo económico y social, alejado de tentaciones especulativas y coyunturales. Como bóveda clave para construir un futuro mas global, sociedades mas resilientes, saludables, y menos desiguales. De esos que creen que el mundo ya tiene una hoja de ruta para conseguirlo y se esfuerzan en la puesta en valor de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, aprobados por la ONU y 193 países en 2.015. Tan

Estos atropellados acontecimientos han conseguido por primera vez, en cuarenta años de ayuntamientos democráticos, hacer coincidir lo urgente y lo importante; pensar en el futuro.

Aún siendo consciente y conocedor de las limitaciones de la administración local, un somero repaso a sus actuaciones, de cualquier pueblo, durante la pandemia, cuando menos, muestran poca imaginación y se han caracterizado por una replica, cuan romería o procesión, de aquellas que han tenido “éxito” en otros grupos locales de redes sociales; cumpleaños, exaltaciones a la solidaridad y altruismo , llamadas a colectas, como si de entidades de beneficiencia o caridad se tratara.

Entonces, ¿qué alternativas al gasto social a modo de subvención? tienen los ayuntamientos?, son muchas las políticas públicas susceptibles de ser aplicadas en estos momentos, desde la óptica keinesiana que persigue la estimulación de la economía, mediante inversiones públicas que permitan el desarrollo de iniciativas privadas o de tipo colaboración público-privada, que generen riqueza y por ende empleo. Desde hace tiempo se sabe lo que hay que hacer y nunca se ha hecho; sectores que se apuntaban como pilares de un nuevo modelo económico; economía circular, movilidad, medioambiente, nuevas tecnologías, digitalización, construcción sostenible, residuos urbanos … siguen siendo de vital importancia afrontarlos desde la perspectiva municipal. La legislación de contratación pública otorga suficientes instrumentos para su puesta en marcha: La compra pública innovadora. Y esta debe ser tratada integradas en el despliegue de herramientas de planificación municipal, como se explica más adelante.

También esta crisis hace ver la importancia de la eficiencia y eficacia de la administración local, en la recuperación económica y social; ahora más que nunca es necesario contar con los recursos necesarios para la agilización de licencias, proyectos e iniciativas en las áreas de urbanismo, infraestructuras y hacienda, recursos tanto humanos, técnicos y tecnológicos que aceleren su puesta en marcha. Dotar las áreas de Desarrollo Local de los medios suficientes que le permitan la exploración, búsqueda y formulación de proyectos que puedan ser financiados por otras administraciones. Los Servicios Sociales y su importante participación para que los ciudadanos puedan optar a las ayudas, tanto propias como de otras administraciones, moratorias hipotecarias, ceses de actividad, ayudas de reinserción, ….. Sirva como ejemplo que algunos ayuntamientos que han aprobado estas medidas, están colapsados en sus servicios de expedición de certificados, con el consiguiente retraso y perjuicio de los vecinos que ven limitado y postergado su acceso a las ayudas. La pregunta; ¿ No sería mejor invertir el “gasto social” en reforzar estos servicios?, se crearía empleo o contratación pública y los ciudadanos atendidos.

Otra enseñanza que nos deja la pandemia y que debe ser faro de guía de los responsables municipales en sus decisiones a futuro; los límites administrativos y del territorio de los municipios ya no reflejan la realidad física, social, económica, cultural o medioambiental del desarrollo urbano. Los municipios necesitan nuevas formas de gobernanza más flexibles y eficientes capaces de satisfacer las necesidades y anhelos de sus vecinos, mas allá del marco legal competencial de lo ayuntamiento.

A su vez, los municipios han adquirido mayor protagonismo sobre asuntos que tienen que ver con la economía, empleo, medio ambiente o la prestación de servicios a la población en general. Ello, les obliga a desplegar procesos de planificación estratégica que definan de manera coherente un modelo de desarrollo adecuado a las necesidades del sistema urbano y, como no, de la ciudadanía. Soportar y afrontar los retos de la transformación y economía digital, la reinserción laboral y el emprendimiento ; la huella ecológica, la eficiencia energética y la gestión y valorización de residuos a través de su reciclaje; así como la inclusión social o la participación ciudadana y la necesaria transparencia que implican los nuevos paradigmas de gobernanza, son todos ellos ámbitos soportados por el municipio o, al menos, espacios sobre los que el municipio cada vez tiene más influencia.

La planificación estratégica del municipio requiere la adopción de una visión multisectorial partiendo de la propia organización municipal. Es frecuente que el día a día y las tareas más urgentes impidan encontrar espacios de reflexión donde compartir conocimiento, experiencias e ideas. Por ello, para que el corto plazo no acabe por imponer su ritmo, es necesario tratar de impulsar dinámicas de trabajo internas con una visión a largo plazo para, desde el equipo municipal y atendiendo al conocimiento técnico que se posee sobre el territorio, sentar las bases del modelo de ciudad que se pretende construir; desde luego, la implicación y el liderazgo político es imprescindible para impulsar este proceso desde el propio ayuntamiento. Las tendencias globales en torno a la economía, el medio ambiente o la sociedad, cada vez más cambiantes e impredecibles, así como la relación de la ciudad con su entorno más cercano, provocan el enfoque de esa visión a largo plazo hacia el establecimiento de un modelo de ciudad.

Más allá de horizontes temporales concretos, la dinámica de reflexión estratégica ha de permitir configurar un sistema urbano resiliente, capaz de adaptarse de manera ágil a los nuevos retos que, sin duda, irán apareciendo y que deberán ser afrontados a partir de soluciones innovadoras. La pandemia actual es un claro ejemplo. Estas soluciones deben ser planteadas por proyectos concretos que, en muchos casos, dado su carácter transversal e innovador, requerirán una financiación difícil de asumir por parte del gobierno municipal. Por ello, es importante que el proceso de planificación estratégica se encuentre bien alineado con las políticas supralocales que afecten al municipio, desde las políticas sectoriales de desarrollo regional autonómicas , pasando por las políticas sectoriales a nivel estatal, el marco estratégico definido a nivel europeo (Fondos Europeos de Cohesión: FEDER, FSE, …..) y su alineación con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hoja de ruta transversal de todos los programas.

La consideración, admisión y adaptación de las políticas y estrategias que se despliegan alrededor del municipio ofrece dos importantes beneficios;

1. Por un lado, supone una referencia tanto a nivel metodológico como operativo a la hora de desplegar los procesos de reflexión estratégica a nivel municipal; por otro lado, esa alineación hacia objetivos y líneas de actuación supralocales incrementan las oportunidades de financiación para el municipio, puesto que los proyectos municipales propuestos encajarán perfectamente en las dinámicas de desarrollo regional, estatal y europeo. Esto es, las soluciones innovadoras propuestas por el municipio, fruto del proceso de reflexión estratégica, verán facilitada su financiación y probabilidad de éxito.

2. Por último, no menos importante es la implicación y activa participación de la ciudadanía y el sector empresarial en el proceso de planificación estratégica. Tomando como guía el conocimiento experto sobre las necesidades y retos del municipio, y asumiendo un buen liderazgo político, es innegable el enriquecimiento que tanto los agentes sociales como económicos pueden proporcionar al modelo de municipio que se quiere construir. Desde diferentes puntos de vista, ya sea desde la perspectiva de las necesidades y aspiraciones sociales, ya sea desde la perspectiva de generación de negocio, se pueden aportar cuestiones que no han sido consideradas previamente en los análisis realizados, pudiendo también aportar en la configuración y ejecución de los proyectos que plantean las soluciones innovadoras necesarias. Iniciativas como los presupuestos participativos, la colaboración público-privada, o los ecosistemas de innovación local son buenos ejemplos en este sentido; iniciativas que, junto con los aspectos mencionados acerca de la visión multisectorial, la configuración de un modelo urbano adaptativo, o la alineación con políticas supralocales, constituirán las bases de una planificación estratégica acorde a las necesidades de una ciudad inteligente que decide abordar de manera decidida los retos de futuro que se presenten.

GUILLERMO JIMÉNEZ

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