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José Ángel Campillo | Quince años coronada

El 10 de septiembre se cumplirá el decimoquinto aniversario de la coronación canónica de Santa María  del Alcor, patrona  de nuestro pueblo. Aquel sábado septembrino El Viso amaneció cubierto de damasco azul, de flores de papel con los colores visueños, de guirnaldas, de banderolas y gallardetes. Era, sin duda alguna, un día de fiesta porque iba a ser coronada nuestra excelsa patrona.



Lo que aquella noche aconteció fue la culminación de un proceso que comenzó algunos años atrás, concretamente el 9 de abril del año 2000, fecha en la que D. Nicasio Jiménez Benítez, sacerdote visueño, celebraba sus bodas de oro Sacerdotales. En la conmemoración de este acto, D. José María Alonso del Real, cura párroco ,dio a conocer la solicitud que se había hecho al arzobispado para proceder a la Coronación Canónica de la Virgen.

El Cardenal Arzobispo de Sevilla, tres años después,  dio a conocer la aprobación del  expediente de coronación canónica de la Virgen, acontecimiento que ocurrió el 30 de marzo en la  eucaristía que presidió, con motivo de la imposición de la distinción: “PRO ECLESIAM ET PONTIFICE” a Manuel “el campanero”. Un año después, el 11 de febrero de 2004 en la confirmación de adultos, el Cardenal anuncia que la Virgen sería coronada canónicamente el 10 de septiembre de 2005 a las 8 de la tarde.

A partir de este momento comenzó la cuenta atrás y el 31 de agosto comenzó la novena itinerante por los distintos barrios de la localidad: el Calvario, la Alunada, el depósito del agua, la carretera de Tocina, la barriada del Carmen, la calle del Monte, la huerta del gorrión, la barriada de la Paz y la Muela, desde donde fue trasladada la noche del 9 de septiembre a la capilla del Rosario. Y por fin, el día 10, en un trono de tonos argénteos, las sagradas imágenes, en un mar de multitud, navegaron hasta el parque de la Constitución.

Cuando el paso llegó al parque, se colocó en la cabecera del mismo, como si se tratase de un presbiterio al aire libre, porque por unas horas aquel lugar se convirtió en templo. Y dio comienzo la celebración de la  misa Pontifical y el ritual de Coronación.

Aquella fue una noche de emociones contenidas, de nervios, de expectación… que llegó a su momento álgido cuando las manos del Cardenal Arzobispo, fray Carlos Amigo Vallejo, ciñó en las sienes del divino infante y de la Señora sendas coronas, las de “la reconciliación”. Por supuesto, no pudieron faltar los nardos, los miles de nardos que exornaron el paso y el templo en el que se convirtió el parque de la Constitución.

Sin duda alguna, la Coronación es un momento que quedará en los anales de nuestra  Historia y en los de la Hermandad que ha cumplido 80 años de existencia. Sin duda alguna, no todos los momentos han sido tan dulces como el de la coronación, porque la Hermandad, al igual que la devoción hacia la Virgen ha pasado por momentos no tan felices que tenemos que conocer para que no se repitan.

Retrocediendo en el tiempo nos tenemos que remitir al año 1940, concretamente al 13 de enero, fecha en la que unos jóvenes, una vez terminada la guerra civil, deciden fundar una Hermandad en honor a su patrona cuya festividad se celebraba el 25 de marzo, y como esta fecha coincidía en muchas ocasiones con la Cuaresma, decidieron trasladar la festividad al 8 de  septiembre y con posterioridad al 12 , día del Dulce Nombre de María (festividad instaurada por el Papa Inocendio II, el 20 de noviembre de 1683). 
 
La Virgen procesionó por primera vez el 12 de septiembre de 1941 en unas andas pertenecientes a la Hermandad de los Dolores, por lo que uno de los anhelos de la Hermandad, desde el primer momento, fue tener paso propio siendo su morfología similar al de la Virgen de los Reyes de Sevilla, con palio de tumbilla. En el frente de ésta se colocó el escudo de la Hermandad, y en la trasera el escudo de la localidad, ambos bordados por los Trinitarias.

Pero las alegrías duraron poco, pues entre 1943 y 1960 la Hermandad cayó en un período de aletargamiento en el que únicamente podemos hacer referencia al remozamiento del paso al que se le añadieron cuatro varales en metal plateado  terminados en jarras con azucenas, siendo el coste de los mismos 7.000 pesetas, obra de Seco Velasco.  

Entre 1961 y 1971 D. Narciso López de Tejada fue Hermano Mayor de la Hermandad y  Alcalde de la villa entre el 17 de mayo de 1965 al 19 de abril de 1979. En este período la Hermandad se difumina en el entramado municipal, de ahí que se haga cargo de la procesión de la Virgen, pero era tan escasa la devoción que hacia ella existía que D. Rafael Jiménez Cadenas, uno de los vocales de la Hermandad propuso no celebrar los cultos dada la escasa participación del vecindario en los mismos.

Por otra parte, eran tan escasas las rentas de la Hermandad, que cuando en  1970 el paso sufrió un percance que lo deja prácticamente inservible, la Virgen procesionó hasta 1978 en pasos prestados por las Hermandades de la localidad.

Entre 1971 y 1978 se llevaron a cabo distintas acciones, es el caso de la compra de la carreta del Simpecado (1975) y la construcción del almacén de la calle Goya (1975). No obstante, a pesar de estos intentos de revitalización la Hermandad tenía poca vida, por no decir ninguna, hasta tal punto que en 1977 Don Nicasio Jiménez Benítez tuvo que hacerse cargo de los cultos y de la procesión; estaban tan faltos de dinero que hubo que pedirlo para comprar flores.

Ante esta situación, el 10 de julio de 1978, el alcalde, D. Narciso López, convoca una reunión, a la que no asistió, con la intención de constituir una nueva junta de Gobierno en la que fue elegido Hermano Mayor  D. Francisco López Roldán , que revitalizará la Hermandad. Es D. Francisco López el  que donará una parihuela a la que en 1981 se le añadiría una peana de alpaca plateada y un moldurón con cuatro maniguetas, obra de “Hijos de Juan Fernández”, siendo su valor 375.000 pesetas. Al mismo tiempo se restauraron los cuatro varales de Seco Velasco por un importe de 24.000 pesetas y se encargó una tumbilla, como la que había con anterioridad. En la tumbilla se aprovecharon los escudos originales y se añadió al techo  estrellas,  flecos,  campanitas y cuatro cíngulos que caían de las esquinas de la tumbilla.

Como curiosidad decir que en el año 1980, el 11 de septiembre, se celebró la primera ofrenda de nardos, siendo el besamanos de la Virgen en el coro, el mismo lugar en el que cuarenta años después, por motivos de una crisis sanitaria, ha sido colocada para su veneración.

El año 1984 va a suponer un antes y un después en el devenir de la Hermandad y en el dela devoción hacia la Virgen. El pleno municipal aprobó el 20 de noviembre la supresión del día 12 de septiembre como día festivo. Este hecho supuso el despertar  de un largo letargo y se suceden una serie de acontecimientos que consolidan la salud de la Hermandad: construcción de la ermita (1987), conmemoración del cincuenta aniversario de la de la venida de la Virgen (1989), entrega de la primera medalla de oro del municipio (1989)...hasta llegar al 10 de septiembre de 2005.

Para terminar decir que todas las Historias, y esta lo es, tienen su protagonistas: la imagen de la Virgen y del Niño, obra realizada en madera de pino de Flandes por el imaginero don Manuel Cerquera Becerra en 1938. La imagen, que fue tallada y estofada en cinco meses, fue trasladada a la casa, que el visueño D. José Blanco Benítez, tenía en Sevilla, lugar en el que permaneció hasta el 22 de agosto de 1939, fecha en la que fue trasladada a nuestra localidad, hace ahora 81 años, toda una eternidad.


JOSÉ ÁNGEL CAMPILLO
FOTOGRAFÍA: 
http://www.rafaes.com/html-2004/patrona-viso-alcor.htm


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