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María José Cortés | El Candelita de Santa Clara

-¡Con todos ustedes El Candelita de Santa Clara! y los aplausos resonaron efusivos e ilusionados. Él subió al escenario con determinación, mirando hacia el público, aunque los focos impidiesen ver más allá de la primera fila, con cabeza semi inclinada, paso firme hacia el centro, observador de las tablas y con la respiración profunda para mantener la calma necesaria. No es la primera vez, pero siempre tiene esa emoción y nerviosismo de quien renueva un amor, una responsabilidad que arde bajo la piel.

 Un cante por soleá:
Un sentir por petenera 
Un dolor por seguiriya 
Y un paseo por bamberas

Candelita es un artista de porte, de los que llena el espacio con su presencia, de los que siempre transmite seguridad y rotundidad en su decir, de los que miran con pasión a quien lo escucha. Todo un descubrimiento y un placer para los sentidos. 

Tiene una trayectoria amplia y experta, aunque debo reconocer que cuando me contó de sus inicios nada más lejos de lo que podía imaginar.
 
Si bien se antoja al conocerlo que siempre fue hijo de fina cuna, verdad incuestionable, no menos ciertas sus historias de una infancia y adolescencia rebelde y atrevida.

El origen de su nombre está en sus costumbres de niño y en su barrio periférico de la gran ciudad, donde aún hoy día sigue viviendo. Él cuenta con gracia y tono travieso que no había rama, hoja, pasto o madera que se resistiera, iba haciendo candelitas allá por donde podía y por donde no podía también. Era una noche de San Juan prolongada. Evidentemente no pudo ser bautizado de mejor forma para sus andares profesionales.

El Candelita de Santa Clara
 
Y su barrio creció como todo lo urbano lo hace, y pasó a ser un lugar elegante y estiloso donde no quedaron zonas donde recoger ramitas, pastos ni maderas, quedando en su recuerdo aquellos maravillosos años de hazañas imposibles de mantener ni concebir en las calles que sigue transitando. 
Hoy día sigue en el mundo del arte, luchando contra viento y marea, reivindicando sus orígenes, su presente y su futuro, dando el cante por encima de todas las dificultades. 

He tenido a bien recordar a este gran amigo en una semana donde la cultura y el arte ha llorado con su roja pasión, dedicar a un artista en nombre de tod@s los que comen de la cultura y con ello nos culturizan a tod@s y especialmente al flamenco en su nombre, porque las promesas se cumplen y esta dedicatoria era la mía.  

Por su valía, por su gracia, por su ángel, por su saber estar y por la sonrisa que me produce cada vez que lo nombro. 

Vivan los artistas, vive la cultura y viva el Flamenco. 

ALERTA ROJA, CULTURA SEGURA.


MARÍA JOSÉ CORTÉS


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