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Cesáreo de los Santos | Un Viso de 'durze'

Antiguamente el aire por la mañana en las calles de El Viso olía a pan nuevo recién horneado, pero había otros días con extraordinarios y entrañables olores. 


En las vísperas de Semana Santa se afanaba mi abuela en hacer los pestiños con harina, huevo, azúcar, aceite, matalahúva, zumo de naranja, canela y una copita de aguardiente. Mi madre siguió con la tradición.  Los lebrillos brillantes y un perol de hierro fundido en el poyo de la cocina, las hornillas con las brasas del carbón. La masa esperando las manos infantiles, obligadas a lavárselas concienzudamente para con la masa de los pestiños hacer las pelotas sobre el hule de la mesa de la cocina. También hacían el piñonate… y las torrijas con pan especial, huevo, vino, leche y miel.  En Navidad se preparaban las tortas de aceite y de manteca. Se iba a la panadería para aprovechar el horno caliente de haber hecho el pan, para hacer los exquisitos bizcochos de papel y las madalenas. Se regalaba un platito de pestiños y torrijas a las vecinas y familiares. Sobre todo cuando había luto en la casa y ese año, por respeto al difunto, no se hacían dulces.

Eran días en que el aire de nuestro pueblo se impregnaba de aromas de almendra tostada, de miel y azúcar, de "ajoli", de raspaduras de limón y canela. Pocos ingredientes  y nada raros. Sin conservantes, ni colorantes, ni saborizantes.

 A lo largo del año y en menor medida también olía a los bizcochos de cacerola, al arroz con leche, las melojas de calabaza en dulce o las empanadillas rellenas de cidra. Olores que salían por las, siempre abiertas, puertas de las casas. 

Tiempo pasado. Pregonaba Antonio el Laguna con su camisón y gorro blancos y su canasto de varetas, los coquitos, las bizcotelas, los piononos o los suspiros. La Chochi y la Colorá hacían piñonates, “Manolita la de Díez” rosquillas. A Anita Tortas y Bollos se le quedó el mote de lo que llevaba. La Jazmina repartía las “surtanas” y los barquitos. Los panaderos y sus burras con las angarillas, en su parte interna forradas de tela blanca, repartían los kilos y los medios kilos redondos o de cantitos, los bollos, las roscas y las bobas por todas las calles de nuestro pueblo, algunos llevaban madalenas y bizcochos de papel. A lo lejos un “calentero” pregonaba fuerte el “calientes y calentitos” vendiendo los churros de la Pura. 


Ha sido El Viso un pueblo panadero y "durzero" desde tiempo inmemorial, se tienen datos del XVII. Son muchas las recoveras que llevaban nuestro pan y nuestros dulces aparte de huevos, hortalizas, carne o garbanzos a Sevilla. Los regatones (nombre dado a los recoveros en El Viso) los llevaban a los cortijos, haciendas, ranchos y las numerosas chozas que había tanto en la Vega como en los Alcores, como hacían los “Nariz”. También a otros pueblos como a Tocina que lo llevaba Alfonso Mariquita.

Antes había panaderías, en casi todas las calles. Como muestra un botón, a mediados del siglo pasado en la calle Real había 5: el Jaro, Eduardo, Chochales, Matías, la Panificadora y el Rasco. Con muchas menos panaderías pero con mucha más producción, sigue gozando de fama en toda la comarca y en la capital nuestro pan del Pova, del Moreno, del Jarito, del Rosquero, del Quilín, del Pinepan o del Tatachín. Tanto las panaderías antiguas como las actuales fabrican o producen también dulces. Hoy se están abriendo camino el pan rápido y los dulces industriales de las grandes superficies que tenemos en la zona. 

Actualmente muchos días también huele a dulces en la Carretera, en los Corrales trasera de la calle la Muela, en el Poliviso, en la salida de la carretera a Tocina, en el polígono la Trocha y otras zonas de nuestro pueblo. Es El Viso de las confiterías que fabrican pasteles y dulces que recorren toda la geografía nacional.

Famosa por sus pechugones, triángulos de yema con bizcocho, canela y cabello de ángel Confitería Riaño, fue fundada en 1875 y la contemplan 7 generaciones.



En la calle "Paló" (hoy Pintor Juan Roldán) en 1727 empieza como tahona, molino de harina cuyas piedras eran movidas por caballos. Después fue la  panadería Enriqueta, que hacía también barquitos y madalenas, para transformarse en 1964 sólo en confitería. Actualmente tiene sus instalaciones en el polígono Fuentesol (La Trocha) y reparte sus productos por toda Andalucía.

Conocidos en el mundillo de los galgos a  nivel nacional como los pasteleros, desde 1974 tres generaciones de estos Follas regentan la confitería San Blas. Sus madalenas son muy apreciadas en toda España. Innovadores, trabajan también pastelitos y productos salados como empanadas. En Navidad hacen troncos, uvas de la suerte y el roscón de Reyes. En Cuaresma torrijas, pestiños y piñonates y cuando llega el verano helados artesanos.




La cooperativa Cicopan comienza en la carretera Tocina en 1980. Hoy convertida en Sociedad Limitada es una pastelería industrial con una gama de productos muy variada en dulces de hoja, bizcochos y bollería que llevan a muchos puntos de Andalucía. Es todo un referente de confitería-pastelería a nivel regional.


Abre en 1987 Manolo Sánchez “el Pollito” en su casa de la calle Velázquez un pequeño obrador. De allí salieron los primeros roscones de la comarca de los Alcores. Hoy son tres generaciones como confiteros. Tienen el obrador en el Polígono y el despacho en la zona de la huerta Gorrión.

Artesanos del dulce Los Reyes es una empresa familiar. Empezaron en el año 1990 en un local enfrente del bar Los Camioneros en la salida de la Carretera Tocina, en la zona del antiguo huerto Reyes del que eran propietarios. Después de 8 años se desplazaron al polígono Poliviso. Tienen más de treinta especialidades. Lo venden todo estuchado y reparten en 7 de las 8 provincias andaluzas.

Que no perdamos el ritual de fabricar nuestros dulces caseros en fechas señaladas. Y durante todo el año consumir dulces y pasteles de empresas de nuestro pueblo. En el entramado económico visueño tiene mucha importancia el sector del pan y el dulce como creación de puestos de trabajo y riqueza económica. Ojalá nuestras panaderías y confiterías sigan llevando el nombre de El Viso del Alcor por mucho tiempo por todos los rincones de España y sigamos siendo, por siempre, un referente en el sector.


CESÁREO DE LOS SANTOS


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