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Cesáreo de los Santos | Expresiones visueñas, segunda parte

Seguimos con expresiones visueñas casi o desaparecidas del todo. Muchas de ellas demuestran que cualquier tiempo pasado no fue mejor. Un tiempo en que el acoso, la falta de respeto, el ninguneo a las personas más vulnerables, a las mujeres y a los más débiles era considerado como normal.  Afortunadamente la cosa ha cambiado.

 


Era duro el vivir para aquellos que tuvieran una tara física. Acosados hasta los que tenían gafas: “Gafita cuatro ojos capitán de los piojos”. A los que padecían estrabismo les cantaban: “Los bizcos no van a Utrera porque por la mitad del camino no ven la carretera”.  Con problemas para andar: “Más malo que el cojo fulano”. “Más malos pies que el Pova”. Un montón de motes de nuestro pueblo demuestran la poca sensibilidad hacía estas desgraciadas personas: Bardaíto, Cojillo León, Manquito, Cabezón, El Gordo, la Seca, el Tuerto, Carajambre, Bocacha, Caralata, Malospelos, Culopato, Malascarnes, Canijo, Chupao, Patasgordas, Chicaspatas, Pechoancho, Chorla,…

Menos mal que la emancipación de la mujer ha sido una revolución en los últimos años. Hasta hace relativamente poco sufrían una discriminación injusta. A las mujeres emancipadas, realizadas, libres, divertidas o independientes las "escreitaban"… palabra para denotar que no tenían buena fama (desacreditaban).  Eran tachadas de ligerillas de cascos y había muchas frases de acoso: “Más caliente que la perra del Pitillo”,  "Ésa está más repasá que la tomatera de un melonar. Sufrían marginación y le daban de espaldas. La burla llevaba hasta sacarle chascarrillos como “El agua de la Muela sabe a bizcocho porque la fulanita se lava el choch.” Ésa tira al monte. Se ha ido de boreo, a menear la penca.


Tortilleras, machotas, marimachos o machorras. Cruda la tenían las que no se casaban, mozas duras o solteronas. La que ya no aguantaba más y rompía con su pareja era una “malcasá”.

Sin embargo para los hombres era un orgullo ir de machos. “Es más caliente que el borrico lo Campo”. Tener amantes denotaba rango social. El alardeo y la prepotencia en un tiempo “en que como en el juego de la oca, comían una y contaban veinte”  llevándose por delante la honorabilidad de muchas jovencitas y no tan jovencitas. 

Un verdadero calvario sufrían los homosexuales. “Ése derrama aceite”. “Más maricón que un palomo cojo”.  “Ten cuidado con fulano que es de los que se agacha para mear” Arzapepa, mariquita, apio, sarasa, sarasón.  La palabra maricón tenía un montón de derivados: marica, mariquita, maricona, mariconazo. Vilipendiados en infinidad de chistes. Cualquier pretexto para herir.

Los bisexuales eran bujarrones

Falta de humanidad y enmascarada en amistad y compasión era el divertirse con las personas que tenían capacidades diferentes. Tonto, está a medio hacer, le falta un hervor, mongolito, subnormal, retrasado mental.

Eres más tonto que el Noli. Expresión que ha estado en boca de varias generaciones de nuestro pueblo. El Noli era el mote de Juan Jiménez García, un conocido visueño con discapacidad que vivió en las primeras décadas del pasado siglo XX. Siempre con su chaqueta gris que le llegaba a las rodillas y con su boina negra encasquetada en la cabeza. Tenía cierto desparpajo y le daban muchas bromas. Se bebió una cuba de agua para coger una moneda de perra chica (5 cts. de peseta) que le habían puesto en el fondo. Se puso a ayudar a un viajante que vendía juguetes terminando con todos. Los repartió sin cobrar nada a cambio, la cara del viajante cuando volvió sin juguetes y sin dinero era todo un poema. Tomaba el café en el bar Sequía,  al que le decía: “échame un café y con el que te debo de ayer estamos en paz”, otra frase que quedó en el acervo lingüístico de El Viso. La mayoría de la gente lo quería pero en una ocasión unos desaprensivos le pegaron una paliza dejándolo en mal estado. Entre las bromas y el acoso al que estaba sometido quedó el dicho durante mucho tiempo de “eres más tonto que el Noli”.

Frecuentaba la herrería de Ricardo de Luisa la Papa. Un día se presentó con una cigüeña debajo del brazo que había encontrado malherida en el campo. Ricardo se puso de acuerdo con todos los que trabajaban en el taller para que no le dijeran nada. Dio cuarenta vueltas esperando que se metieran con él. Cuándo se hartó tiró la cigüeña al suelo diciendo: - “A ver quién es capaz de coger la cigüeña, a ver quién tiene cojones”. 

Ante el acoso que sufría con un zagalón se dirigió a su madre a la que le dijo una frase que luego se haría popular en El Viso: - "Tu eres mu güena y mu santa pero tu hijo es un hijo de la gran puta"

Era tan inocente que se creyó lo que le decían sus conocidos de que la mujer, por cierto muy guapa, de un influyente hombre del pueblo, estaba por él y lo azuzaban para que la piropeara. Tanto fue el cántaro a la fuente que lo denunció el marido y lo ingresaron en el manicomio Miraflores.

El que sabe, sabe y el Carburo en Mairena. Frase atribuida a una persona con discapacidad de Mairena apodado el Armeja que al igual que nuestro Noli le obsesionaban las mujeres, a las que acosaba. Tuvieron que detenerlo en más de una ocasión para ponerle una inyección con un producto que le bajaran sus apetencias sexuales. Antonio Moreno “el Carburo” era un visueño cobrador de la empresa de autobuses de los Ciprianos (Jiménez) a mediados del siglo pasado. Tenía que bajar en algunas de las paradas para abrir las maletas del autobús. Cuando terminaba subía cerraba la puerta de atrás y gritaba al conductor: “¡vámonos!”.

Un día y conociendo la costumbre de Carburo se subió en la última parada de Mairena el Armeja estando Carburo abajo y cerrando la puerta lo imitó gritando desde atrás: ¡Vámonos!  Al llegar a El Viso se lo reprochó el engañado conductor;  el Armeja le contestó:

 - El que sabe, sabe y el Carburo en Mairena.

 

En todas las épocas ha habido acosadores y malajes que han menospreciado a los diferentes. También sabihondos que han ridiculizado al que no habla correctamente, tiene faltas de ortografía o critican negativamente al que escribe o habla. Había una frase que le vendría bien a más de un pedante contemporáneo. Contundente. Con perdón:

- “El niño que tanto sabe, la porra un borrico le cabe”.

Seguiremos…


CESÁREO DE LOS SANTOS


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