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Cesáreo de los Santos | El Calvario

El Calvario es un montículo a las afueras de Jerusalén donde fue crucificado Jesús de Nazaret.

 

Fue la VII Señora de El Viso y IV Condesa de Castellar Beatriz Ramírez de Mendoza, la que eligió uno de los montículos, cerros o colinas que conforman la Cornisa de Los Alcores, para hacer la estación de penitencia de un Vía Crucis con salida desde la iglesia conventual y recorrido muy parecido al que hizo Jesús desde el palacio de Pilatos al Gólgota o monte Calvario.

Desde entonces este Alcor en nuestro pueblo es conocido como el Calvario. En el centro se encuentra un templete cilíndrico macizo y coronado con una cruz. Desde hace mucho es la estación de penitencia que llevan a cabo las cofradías de nuestro pueblo.


La cruz es de hierro forjado, con remates muy bonitos, que data de finales del XVII. Estos últimos años vecinos de la zona adornan el templete con motivo de las fiestas de La Cruz.

 


Subiendo al Calvario a la izquierda nos encontramos con la pista deportiva que se construyó en el solar del antiguo matadero municipal.

Nuestro Calvario es un extraordinario mirador desde donde se divisa la inmensa Vega de Carmona. Punto estratégico para deleitarse de los primeros rayos de sol del amanecer. Destaca en el horizonte la Sierra Sur donde sobresalen el Terril y el Peñón de Algámitas (con forma de triángulo), los dos montes más altos de la provincia de Sevilla. Tiene unas hermosas vistas de todo el pueblo (donde destaca la iglesia parroquial) y del otro alcor emblemático de El Viso, la Tablá.



Calle Calvario

Comienza la calle en el Cantillo (confluencia de las calles Albaicín, Carmona, Nueva y Calvario). Cantillo es una palabra que significa esquina. En su primera casa conserva en la actualidad una de las cruces del Vía Crucis que estaban repartidas por todo el casco urbano antiguo.


Es una de las calles más antiguas de El Viso. Al principio era un camino que llevaba a distintos olivares, huertos y barrerías (hasta nueve hubo en esta zona en la época de esplendor de las alfarerías visueñas hacia la mitad del siglo pasado).

El camino estaba flanqueado de moreas por lo que cuando se convirtió en calle se la rotuló como Moreras al menos desde 1785 y con ese nombre permaneció hasta 1931, año en el que le cambiaron por Blasco Ibáñez (escritor y político republicano) para llamarla Calle Calvario a partir de 1936.

Antaño cruzaban dos arroyos la calle, el primero salía por una alcantarilla a la altura de la casa que fue de Manolo “el Lechuga” y el otro más caudaloso que tenía la salida por la tapia con dos alcantarillas que había en lo que hoy es la calle Fray Pedro de San Cecilio.

Al final de la calle a mano derecha había dos barrerías (el Mellizo y el Duende); en sus solares se han construido dos urbanizaciones: Nuestra Señora de la Piedad y el residencial Balcón de los Alcores con entradas con cancelas por la calle Calvario.

Hasta no hace mucho había en la calle dos vaquerizas (la de la Lole y la del Cagamarillo) y el rebaño de cabras de Alfonso el Pito.

Tiene la calle una longitud de 256 m.

El Covirán de Mari Cruz junto a la Quini en el Cantillo son las tiendas del barrio.


CALLE JESÚS NAZARENO

Debe la calle su nombre a la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, creada en 1670 por encargo de los monjes mercedarios del Convento. Procesiona con su túnica morada y su corona de espinas cargando con la cruz en nuestra Semana Santa los Viernes Santos.


La calle era el callejón que unía el Calvario con la calle Los Cerros (en la actualidad Rosario). A la altura de la calle Carmona doblaba a la derecha, dónde después estuvo la barrería de Enriquito y por detrás de las casas llegaba muy cerca de la calle San Laureano. Había huertos, rasos y olivares protegidos por grandes vallados de pitas (chumberas), en algunos de los cuales se asentaron barrerías al lado de los pozos. Entre los huertos destacaba el de Camilo que estaba situado en las traseras de las casas de esta calle y las de la calle Calvario. Conocido también por el huerto la Fábrica en las primeras décadas del XX, porque Camilo León era su propietario y también lo era de la fábrica de aguardiente que tenía en la plazoleta del Ayuntamiento Viejo. En un principio este huerto era la huerta de Arriba de los Señores de El Viso (Condes de Castellar), para distinguirla de la que estaba junto al Palacio que era la huerta Abajo.


Compró el Ayuntamiento, en los años veinte del siglo pasado, la casa que estaba enfrente del callejón para darle salida recta a la calle Los Cerros, lo que le dio un fuerte impulso a la construcción de viviendas en la zona.

En 1925 el callejón tenía 3 casas. En 1932 la rotulan con el nombre del catalán Ferrer Guardia, pedagogo anarquista que fue condenado a muerte por ser instigador de los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona en 1909. Desde 1936 se la inscribe en el callejero como Jesús Nazareno.

 Tiene la calle una longitud de 300 m.

Al principio y al final de la calle quedan vestigios de dos de las antiguas barrerías más emblemáticas de la zona. La de Enriquito con alfarería de tejas, cangilones, búcaros y cántaros y la del Manzano a la sombra del Calvario.



Cuenta la calle con una buena peluquería, la de Conchi y su hija Elena. En la misma casa tiene su sede GEINSUR una admirable empresa que se dedica a servicios integrales: jardinería, agricultura, albañilería, piscinas, cristalería, instalaciones deportivas, pintura, carpintería, etc. El lugar que ocupa la casa era la barrería del Lámpara que contaba con dos pozos, uno de los cuales era de noria.

Celebraban en verano los vecinos de la barriada en la década de los 70 la Verbena del Melón.

En la acera izquierda se encontraban el huerto del Picharri y el olivar del Cura, donde se encuentra ahora la barriada del Calvario que trataremos en un próximo artículo sobre las calles de nuestro pueblo.

Agradecer a Juan Picharri, que, a pesar de su mala cabeza, como él dice, le debo mucha información para redactar este artículo. También a Rosario Benítez, José María López, Enrique Vergara, Pepe el Roíto, al Oli, Manuel Charlante, José Ángel Campillo y otros muchos más. Y a Magdalena García y Baldomero Jiménez por las fotos.


CESÁREO DE LOS SANTOS
FOTOGRAFÍA: 
J PEDRO MARTÍN | MAGDALENA GARCÍA | BALDOMERO JIMÉNEZ


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