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María José Cortés | ¿De cervezas veraniegas?

Don Felipe y Don Soluto practicando el ejercicio más extendido en épocas estivales, levantamiento de peso sobre barra fija, miraban con la profundidad que merece el azul del mar y sentenciaban sobre la vida con la filosofía que los grados etílicos les proporcionaba. Eso parecía. Don Felipe ensimismado en su jarrita helada cual espejo borroso, de contenido rubio apasionado y una corona propia de reina, emitía sentencias dignas de crear jurisprudencia, eso creía.


- DON FELIPE. - Don Soluto, menos mal que este año puedo seguir deleitando mis sentidos porque sería especialmente duro en nuestras vacaciones no poder hacerlo. Puedo renunciar a todo, sacrificar mi propia persona, pero renunciar a ella nunca, eso sería otra historia. 

- Tenga en cuenta que es un nutriente imprescindible para mi estado vital, mi capacidad fermentativa está íntimamente relacionado con mi perfil sensorial. Mi ebullición permite acondicionarme a la temperatura óptima y deseada gracias al intercambiador de calor que nos relaciona en estos ratitos.

- Ni que decir tiene que mi cuerpo está relacionado con el suyo. Su peso mi peso, sus azúcares mis azúcares, su alcohol mi alcohol, su dureza mi dureza, su aroma mi aroma, su esencia mi esencia. Ni la más profunda decantación sería capaz de separarnos. 

A ello responde su acompañante:

- DON SOLUTO- Don Felipe creo que está usted fermentando demasiado, su vocabulario cervecero está absorbiendo sus neuronas, y su pensamiento se ha reducido a una sola cuestión.  ¿No cree oportuno reducir su nivel de entrenamiento?

A lo que responde Don Felipe:

- ¡Ay Don Soluto! Aunque yo no lo considere a usted uno de ellos, el mundo está lleno de ignorantes y de malos entendedores, todo es mucho más fácil.

- Reconozca mis palabras cual declaración de amor hacia aquella joven de cabellos rubios que está bajo la sombrilla roja. Es mi esposa. 

- Aprenda que la riqueza de las palabras nos permite transmitir cualquier sentimiento usando las más variadas formas. 

- Dedique su tiempo a escuchar e interpretar antes de opinar sin saber. 

- Abandone las banalidades y chistes baratos que nada enriquecen su ser. 

- Y si lo tiene a bien brindemos por nosotros, por el verano, por el conocimiento y por el amor con una buena botella de agua fresquita porque para ser sincero, nunca he bebido cerveza. 

- Todo es producto de su imaginación o de las que se ha bebido usted.

Pd. Feliz Verano a tod@S. Sonreír, vivir el instante y nadar contra marea si es necesario.


MARÍA JOSÉ CORTÉS


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