Soñando cada día que de sueños rodeada,
de todo lo soñado, ibas llenando tus alas.
Alas que de tu vida, tantas y tantas plegarias,
de vidas que vivías, tantas y tantas guardabas.
Sintiendo siempre tu andar, senderos mil superabas,
vida llena de vida, magnitud desmesurada.
De alegría y sonrisas dejas tu huella impregnada, de fortaleza y sentir, de corazones y almas.
Un cielo iluminado de estrellas cubre tu manto,
manto de noche infinito que protege cada canto.
Cantos de Salves y Gloria, canto de MADRE y PASTORA,
Pastora de la que siempre
serás fiel embajadora.
Gloria a ti romera mía, gloria a tu eterna sonrisa, gloria a la fe que te guía, y gloria a la gloria misma.
Por tenerte entre las grandes,
por tenerte en nuestras vidas
por dejar tu fe en la tierra
Llenando de gloria la misma.
Dijo un sabio y experto:
"Nunca se va lo que nunca parte” y es por ello que somos nosotros los encargados de que sea así cuando por los misterios de la vida inician su viaje.
Pd. Gracias a su gran familia por permitir esta publicación.
MARÍA JOSÉ CORTÉS