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María José Cortés | Las flores en vida

JUEZ- ¿No es más cierto que el día de autos se encontraba en el lugar de los hechos?

ACUSADO- Pues no se señoría, ¿dónde tenía que estar y que día fue?


JUEZ- A ver vamos por parte. ¿Es usted don Manuel Acaso Sería?

ACUSADO-Si señoría el mismo.

JUEZ- ¿Y el pasado día 1 de noviembre a las 14:00 horas estuvo usted en Camposanto del pueblo vecino al que reside?

ACUSADO- Si señor como correspondía a la fecha citada.

JUEZ- ¿Tenía usted que hacer una visita en dicho lugar?

ACUSADO- No señoría, un recado.

JUEZ- Reconoce que estuvo allí y salió usted con un ramo de flores del recinto.

ACUSADO- Sí señoría, cierto es.

JUEZ- ¿Puede explicar la finalidad de su recado y el hecho de que usted saliese velozmente con un ramo de flores en sus manos?

ACUSADO- Señoría yo no he hecho nada malo ¿sabe usted? Ese día me dijo mi hijo Pablito: Padre es el cumple de Madre y vamos a almorzar juntos. Ni se te ocurra llegar tarde. Póngase en mi lugar. Iba mal de tiempo.

JUEZ- ¿Pero ve usted lógico que vaya por un ramo de flores para su señora sustrayéndolo de allí?

ACUSADO- ¿Cómo? ¿sustra qué? Yo no he hecho eso que dice.

JUEZ- La denunciante manifiesta que usted cogió el ramo que ella había comprado y se lo llevó.

ACUSADO- Eso sí, pero no era un robo, ni hurto ni nada de eso que usted dice, era una petición. Mi amigo Disprosio Saturno siempre dice que las flores en vida. Y yo cada año cumplo su voluntad, se las retiro con posterioridad a su puesta, y como iba tarde al cumple de mi esposa tuve que adelantarme y hacerlo con la denunciante presente.

JUEZ- Reconoce pues que se las llevó y ¿qué hizo usted con las flores?

ACUSADO- Pues llevársela a mi amigo Disprosio Saturno al Bar de la Alegría.

JUEZ- ¿Pero su amigo está vivo?

ACUSADO- ¿Disprosio? Más vivo que usted y que yo. Allí nos tomamos unas cervecitas para dar gracias a la vida y luego me fui rápido para el cumple de mi Carmelilla. De ahí la prisa.

JUEZ- Y si su amigo estaba en el Bar ¿a quién le ponía las flores su señora?

ACUSADO -Su Señoría, a él mismo, porque desde que se separaron ella dijo que lo daba por muerto.

JUEZ- Inverosímil, esto no hay por dónde cogerlo y ya por curiosidad, ¿qué regaló usted a su esposa por su cumpleaños?

ACUSADO- Pues el mismo ramo de flores que mi amigo Disprosio me dio por cumplir su voluntad y en agradecimiento a ello. Mi Carmelilla se puso muy contenta. Y yo pude mantener el dicho de que las FLORES EN VIDA.

JUEZ- ¿Pero usted sabe que ese ramo tiene un valor que no ha abonado?

ACUSADO. - Señoría a mí me lo ha regalado mi amigo Disprosio y a él su ex, de todas formas, me dijo que él ya le haría un bizum por el valor del mismo. A mi modesto entender usted está reclamando a la persona equivocada. Pero yo encantado de colaborar con la justicia. Señoría no pasa nada: QUE SE HA LIAO, QUE SE HA LIAO.

p.d. Siempre una sonrisa y con el máximo respeto. 


MARÍA JOSÉ CORTÉS


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