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María José Cortés | El que tú y yo sabemos

Engalanado con mi atuendo me miro al espejo del mes de abril, con detalle ideado me miro de frente y de perfil:

- ¡Que guapo que estás Manolillo! - me digo a mi mismo y me repito una y otra vez.
Me pavoneo como real, estirando mi porte hasta cuadrar cada hueso en su sitio. O se lo cree uno o no se lo cree nadie. 


He planchado mi camisa como ajuar almidoná y un dobladillo de sastre que a la costurera oí decir:

- Mire usted entre 50 milímetros y medio centímetro, decídase. 

Y es que me gusta la perfección, bueno, mi perfección. Los pantalones para la feria deben permitir el lucimiento de mi tobillo y desde luego evitar que se manchen con las torpes salpicaduras de manzanilla y derivados. 

Y de ahí a la elección de mis calcetines que tantas dudas me ocasionan siempre, poniendo tonalidades varias junto al calzado o al mismo pantalón y es que eso de que un hombre se viste por los pies, ES UNA GRAN VERDAD. 

Y ni que decir tiene que completo mi indumentaria con tirantes y chaqueta. Esa chaqueta que tanto trabajo me costó que entendieran en la tienda que era para mi y no para mi hermano pequeño. En el porte el talle y en el talle la cintura. Esa talla de menos que puede ser imprescindible como mi DNI, el error en la identificación puede chafarme la feria.

Y a esas tres horitas y media de vestuario le sumo mis patillas “perfilás”, esas que ponen a juego la vida si el lance es erróneo. Me gusta peinarme enfijatao. Ya no compro el fijador por botes, ni tarros sino por cubos industriales y así el abastecimiento está garantizado y mi seguridad existencial con ello.  Que tranquilidad me da que ningún aire arremolinao de la tarde me arruine el día despeinando mi cabellera. Fijo, más que fijao: “Amarmolao”.

Y ustedes dirán que lo mío no es normal. Tantas normalidades como personas ¿no?

Mi plan de feria es el siguiente: Semanas antes voy diciendo a los que no tengo intención de ver: ¡A ver si nos vemos! y a los que me gustaría ver: Quedamos para la feria. ¿Qué día vienes a mi caseta?
A los que has invitado a tu caseta, como buenos anfitriones y amigos entregados, aceptan tu invitación, pero ponen como condición que antes a la suya. Yo que intento complacer a todos, pues no me niego y así ponemos hora y día para el primer encuentro en su caseta. 

Importante y esencial mi flamenca, con su maravilloso traje y complementos, una pareja de escaparate y deseosa de pasar la mejor feria que podamos. Como si fuera la primera por las ganas, como si se tratase de la única por no haber otras, como si fuese la última por si acaso. 

- Vámonos pa la feria cariño mío. 

Don José, Don Manuel y Don Paco, han insistido en su invitación y en la feria está mal visto que le hagas ese desplante. Así que allá vamos. Las horas en la feria no las marca el reloj sino las raciones y por ello el día pasa más rápido de lo normal.  Las jarras de rebujito serían lo minutos que deciden la velocidad de todo lo demás. 

Y vaya despliegue de condumio exquisito que nuestros anfitriones han realizado, un no parar de platos que ni la fábrica de la Cartuja en los años que llevan los hornos funcionando han contado. 

Y para mala suerte, la mía, que seguramente de no controlar y probarlo todo, mi estómago llega un momento en que se ha revelao. ¡Ay que mal cuerpecito que se me ha puesto ¡¡ Esto no me ha pasao en la via”!!!  Con el dolor de mi corazón tengo que despedirme antes de lo previsto, mis honores a los anfitriones que además no permiten pagar nada porque eso sería un insulto.  Mi flamenca preocupada por verme con esa carita que hasta en China sería amarillo extraño, me pide un taxi que paga ante tal indisposición y para casa por la vía más corta.

A la mañana siguiente, ya resucitado, me recompongo, reflexiono y recuerdo que fue un día maravilloso de feria. Hoy es otro y vamos a por él, por la segunda parte de mi lista de amigos que ya han recordado que hoy tocaba en su caseta. 

¡Que así sea!

Pd. Hasta aquí la historia que Manolillo ha querido compartir con nosotros y ahora unas letras por sevillanas que le han hecho célebre por ser como es. Estas letras de autoría propia pueden cantarlas porque son divertidas y estamos en el mes de las Sevillanas por excelencia.

Disfruten, sonrían a la vida y ¡NOS VEMOS EN LA FERIA jajajajajaj!

1ª CON SU CABELLO ENFIJATAO
A LA FERIA ÉL SE VA (BIS)
CON SU CABELLO ENFIJATAO
Y LA CARA ENCERÁ 
CON SU CABELLO ENFIJATAO 
Y LA CARA ENCERÁ

Y LA CARA ENCERÁ 
CHAQUETA DOS TALLAS MENOS
CINTURA BIEN ENTALLÁ
PANTALÓN ALBERO CLARO
QUE AL SUELO NO VA A ROZAR
 
(Estribillo)
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN DIA HEMOS PASAO
Y SE VUELVE PA SU CASA
CON DINERITO AHORRAO
 
2 ESOS CASTELLANO BRILLAN   QUE BRILLAN UNA JARTÁ (BIS)
ESOS CASTELLANOS BRILLAN
QUE BRILLAN UNA JARTA

QUE BRILLAN UNA JARTA
CHALEQUITO SOBRE EL HOMBRO
SI EN CHAQUETA EL NO VA
Y NOS VAMOS PA LA FERIA
CON FLAMENCA INCORPORÁ

(Estribillo)
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN DIA HEMOS PASAO
Y SE VUELVE PA SU CASA
CON DINERITO AHORRAO

3 SALUDA A DON JOSE
A DON MANUEL Y A DON PACO (BIS)
SALUDA A DON JOSE, A DON MANUEL Y A DON PACO
SALUDA NIÑA SALUDA 
QUE ESTOS SON LOS DEL TACO

QUE ESTOS SON LOS DEL TACO
Y SE VA A SUS CASETAS 
Y ALLI NO FALTA DE NA
Y CUANDO TOCA A LA SUYA
INDISPUESTO EL SE VA

(Estribillo)
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN DIA HEMOS PASAO
Y SE VUELVE PA SU CASA
CON DINERITO AHORRAO

4 EL QUE TU Y YO SABEMOS
QUE BUENA FERIA (BIS)
EL QUE TU Y YO SABEMOS
QUE BUENA FERIA (BIS) (BIS)

QUE BUENA FERIA
UNA SEMANA A TU COSTA 
SIN SU CARTERA
Y DÓNDE ESTÁ SU CASETA 
TU NI TE ENTERAS

(Estribillo)
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN JAMON QUE BUEN VINO
QUE BUEN DIA HEMOS PASAO
Y SE VUELVE PA SU CASA
CON DINERITO AHORRAO


MARÍA JOSÉ CORTÉS

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