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Cesáreo de los Santos | Polémicas placas en La Vega

Con la instalación de placas fotovoltaicas en la Vega ha surgido la polémica. Como todo en la vida tiene sus pros y sus contras. Para mí personalmente, que soy parte interesada, tiene muchísimas más ventajas que inconvenientes. 


Es cierto que el impacto visual es grande. El mar de la Vega, oteado desde la Cornisa de los Alcores, con sus distintas tonalidades según la estación del año va a verse alterado con el brillo de las placas. ¿Acaso Torre Triana, las Setas y los puentes del Centenario y del Alamillo no causaron impacto visual cuando se inauguraron? Hoy plenamente integrados en la fisonomía de Sevilla son iconos de la ciudad. 


Si visitamos las dos plantas de placas en los cortijos de El Cordobés y “Lo Campo” que se están instalando en la Vega, veremos que quedan amplias zonas a su alrededor libres de placas, terreno que puede sembrarse de árboles altos que taparían parte de la visión de la instalación fotovoltaica.

 


Los terrenos agrícolas de la Vega de Carmona están fuertemente degradados y contaminados por la acción de los fitosanitarios empleados por los agricultores durante los últimos 60 años. Abonos químicos, herbicidas, fungicidas e insecticidas han envenenado la tierra dejando unos residuos con los que cuesta cada vez más conseguir las cosechas. Desde los años 70 del siglo pasado no se pueden sembrar melones que en otro tiempo eran cultivados sin problemas y estaban exquisitos. El girasol que se siembra tiene que ser híbrido, muy caro, porque las semillas normales sufren ataques de jopo y mildiu. Para poder cosechar los garbanzos hay que aplicarles varios tratamientos para evitar que aparezcan los hongos. De la misma manera ocurre con el trigo. La rentabilidad es cada vez más escasa. A mitad del siglo pasado una familia podía vivir dignamente con unas 20 hectáreas, hoy difícilmente lo hace con 50 hectáreas. Los costos en productos fitosanitarios son enormes para la viabilidad del cultivo. Si a esto añadimos las fuertes y continuas sequías que estamos sufriendo y las que nos quedan, hacen que la actividad agrícola en la Vega sea cada vez más dura y menos rentable.

 


La Vega es un desierto donde han desaparecido la fauna y la flora tan rica antiguamente. Los gorriones son cada vez más escasos, no se ven terreras, , sisones, avutardas, grullas, cigüeñas, cuervos, perrubias, cerdillas, jilgueros, lúganos, hamaces, chamarices, estorninos, zorzales, terreras, pepitas, tordos, abubillas, lechuzas, mochuelos, avefrías, cernícalos primillas, golondrinas, codornices y tantas otras aves otrora muy abundantes. Lo poco que hay son algunas liebres y perdices que artificialmente y a duras penas mantiene la Sociedad de Cazadores. También han desaparecido los cardos de morras y borriqueros, las amapolas, las tagarninas, las hediondas, los cardillos, los vinagritos cuyos bulbos nos encantaba a los niños de antes que lo llamábamos camarones, los palmitos, la corregüela, el carretón, la grama, las lecheras o los espárragos. Diezmadas las lindes, roturados los arroyos y las veredas, arrancados los pocos árboles que había, tapados los pozos. Lo que en otro tiempo, con cortijos, ranchos y chozas con piaras de cochinos, rebaños de ovejas y vacas, mulos, caballos y borricos era un hervidero de vida ha sido reemplazado por enormes tractores y maquinaria que en pocos días hacen el trabajo que antes se hacía durante todo el año.
 

No toda la Vega se va a convertir en un mar de paneles solares. Hay poco interés en instalar en el escaso término de El Viso (2.000 hectáreas), pero son muchos los propietarios visueños que tienen su tierra en el enorme término de Carmona (más de 92.000 hectáreas) y pueden beneficiarse.

 


Ahora con la guerra de Ucrania resulta que somos deficitarios en girasol y cereales cuando hasta el año pasado Europa con la PAC, para evitar los excedentes, obligaba a los agricultores a la retirada anual de tierras de cultivo para poder cobrar las subvenciones. El cuento chino del alfajor. 

España es el país de Europa con mayor radiación solar, siendo Sevilla y Huelva las dos provincias donde más horas de sol y luz disfrutan. Probablemente la Campiña de Sevilla sea la que reúne las condiciones óptimas y favorables para la instalación de huertos solares de toda Europa. Si se abortan los proyectos de instalación de placas perderemos una oportunidad histórica. La fuerte dependencia del gas y del petróleo de otros países inclinan negativamente la balanza comercial del país. Somos deficitarios en energía teniendo un “petróleo” limpio, abundante y gratis como es el Sol. Paradójicamente, Alemania con mucho menos radiación solar produce 10 veces más energía fotovoltaica que España.

  


Se pueden y se deben instalar las placas en los tejados de casas y naves de los polígonos industriales, pero generaría una mínima parte de lo que necesitamos. Un solo coche eléctrico necesita 4 placas para recorrer 10.000 km al año. El tejado de un bloque de pisos daría luz a una sola planta del edificio. Bares, restaurantes, panaderías, confiterías, comercios, industrias y otros establecimientos necesitan una gran cantidad de electricidad. Una hectárea de placas fotovoltaicas cubriría las necesidades energéticas de 100 familias, lo que demuestra que hacen falta enormes extensiones de placas para cubrir las necesidades actuales.

 


Económicamente es una inversión totalmente rentable tanto para un pueblo, una provincia, una región o el mismo Estado. Hay un proyecto de instalación de una planta fotovoltaica en el cortijo de Torrox y alrededores de más de 500 hectáreas de pequeños propietarios, casi todos de El Viso. La importancia económica para nuestro pueblo sería brutal. Un agricultor con 10 hectáreas no puede cultivar porque los gastos de tractor, maquinaría, seguros, etc. hacen inviable la actividad. Tiene que arrendarlas a otro agricultor o a una empresa de servicios agrícolas por unos 2.500 euros anuales aproximadamente. Con el precontrato que tienen firmado cobraría unos 17.000 euros anuales. A esos que están en contra yo les pregunto:

- ¿Si la tierra fuera de tu propiedad...tú qué harías? 
Me consta que algunos de estos agricultores son jubilados o enfermos con pensiones inferiores a 700 euros mensuales. 

No todo en la vida es dinero, pero el corte de gas de Rusia a Europa ha disparado el recibo de la luz que estamos sufriendo todos. Con la instalación de enormes parques de placas de propiedad privada (Endesa, la sevillana Prodiel, Iberdrola, etc.) y otras estatales para que haya competencia se abarataría enormemente el precio de la energía. Estamos tirando por la borda una oportunidad única de ser un país rico.

A Carmona, cuyo ayuntamiento está poniendo pegas, le entra un chorro a espuertas de dinero por los permisos de obra de las instalaciones y del IBI que ha pasado de rústico a industrial. Al Estado hay que pagarle el IVA de las facturas, por el contrario no tiene que desembolsar la extraordinaria sangría que supone la importación de carbón, gas y petróleo. 


Mientras el resto de los países europeos se preparan para lo que está cayendo con la crisis energética declarando incluso la energía nuclear como limpia, aquí nos ponemos a discutir y seguimos importando energía de estos países que las producen en centrares nucleares, cuando aquí y acertadamente las hemos cerrado.

 


Hemos llevado al planeta al límite y está herido de muerte por la contaminación de los combustibles fósiles. El cambio climático es un hecho. La recuperación es posible si se actúa pronto. Esto pasa por el uso, mientras antes mejor, de las energías alternativas. 

 


La instalación de huertos solares en la Vega recuperaría la envenenada tierra en los treinta años que duran los contratos. Se pueden aprovechar esas tierras para uso ganadero y apícola. Ovejas, cabras o vacas sirven para desbrozar la hierba y evitar incendios debajo de las placas, aportando materia orgánica a la esquilmada tierra. Interesante sería granjas de gallinas ecológicas. Más leche, más huevos y más carne para el comercio de cercanía. La limpieza de las placas y el mantenimiento de las instalaciones dará trabajo a las empresas de servicios agrícolas locales. El aumento de la renta per cápita de la zona ayudará para salir de los niveles de pobreza que desde hace mucho tiempo asolan a nuestra tierra. Seguro que dentro de treinta años habrá nuevas formas de obtener energía limpia y habrá que achatarrar las instalaciones. Por supuesto que será rentable al recuperar materiales poco contaminantes como los silicatos, el cobre, el aluminio y el hierro empleados en los paneles solares y sus soportes. Nos quedaría una tierra recuperada con una flora y fauna autóctona ahora desaparecida.

  


Queda poco tiempo para que la situación sea irreversible y la vida en el planeta se haga insostenible. Urge la implantación de energías limpias y las de las placas fotovoltaicas o solares son de las más ecológicas, rentables, fáciles de instalar y para mucho tiempo ya que el Sol tardará más de 5.000 millones de años en apagarse.

CESÁREO DE LOS SANTOS


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