!Vaya añito 2020!, menos mal que te vas. Como bisiesto no has podido ser más nefasto. Se nos ha hecho larguísimo. Nos has quitado muchas cosas. Hemos dejado mucho en el camino. Cosas materiales como puestos de trabajo, negocios, fiestas, viajes, etc. y lo peor de todo es que hemos perdi…
Extraordinaria, brillante y loable la idea del ayuntamiento de proponer a los vecinos cambiar el abeto de Navidad tradicional por un olivo. Que vayan en maceta para que después de ser adornados en Navidad puedan ser sembrados en el jardín, en el corral, en la parcela, en la linde, dejarl…
Iba Caperucita Roja por el camino del bosque para ver a su abuelita. Le asalta el lobo y le pregunta: -¿A dónde vas Caperucita ? - Al río a lavarme el c... Se queda pensativo el lobo y dice: -¡”Ojú, como ha cambiao el cuento”. Como el cuento todo cambia. Nada tienen que ver las costumbre…
En España somos especiales y ante la crisis de la pandemia, la famosa frase del discurso inaugural de Kennedy la hemos invertido: -"No te preguntes qué puedes hacer tú por tu país, pregúntate qué puede hacer tu país por ti". Hablas con un jubilado y te dice que ellos han estad…
- !Marea!, ¡marea! Gritaba uno de los jornaleros que sesteaba junto a otros jornaleros en el sombrajo de la era. Los vientos suaves llegados de la mar refrescaban un poco la tórrida tarde. Había pasado poco tiempo del ligero almuerzo a base de un sopeao con agua fresca del pozo, aceite, v…
Uno y uno dos. Dos y dos cuatro. Cuatro y cuatro ocho: 1248. Nunca se olvida la fecha de la reconquista de Sevilla con esa regla nemotécnica. Desde ese año 1248 está ligada la vida de la ciudad con la Virgen. Fernando III el Santo era un ferviente devoto de la Virgen María, devoción que…
De todos es conocida la fina ironía de los visueños. Pura ironía es llamarle el arroyo de Las Melojas al que debió ser el arroyo de Las Mierdas. Una de las recetas antiguas de nuestra rica repostería eran las melojas de calabaza. Trozos de calabaza que se echaban un día entero en a…
Recuerdos infantiles. Otro tiempo. Distinto. Muchas carencias. Pocos caprichos. Mucha imaginación. Tonterías las mínimas. Velas de mocos colgando que se limpiaban en las mangas de la camisa, que se ponía “más tiesa que la roilla de una cabra”, sabañones en las orejas, empeines…